Anna (llamada familiarmente Anka) nació el 14 de julio de 1828 en la aldea de Vysoka nad Uhom, en el este de Eslovaquia, en una familia profundamente religiosa. Fue bautizada al día siguiente de su nacimiento. A la edad de diez años, recibió la Eucaristía y posteriormente confirmó su fe con la Confirmación.
Su vida transcurrió en silencio hasta que el ejército ruso ocupó su aldea. Durante un ataque militar el 22 de noviembre de 1944, Anna y sus padres se escondieron, pero un soldado los descubrió y comenzó a hacerle insinuaciones a la joven. Ella se resistió, para defender su castidad. La reacción del soldado fue terrible: la asesinó frente a su familia.
Debido a la difícil situación, los parientes tuvieron que celebrar el funeral en secreto y solo después de la caída del régimen volvieron a hablar sobre esta niña heroica. Los jóvenes comenzaron entonces a rezar en su tumba, donde se encuentra grabado el lema de Domingo Savio: «Antes morir que pecar».