En el siglo XIX, una época de crisis, cambios y búsqueda, nace y crece Luisa Teresa de Montaignac, en el Havre de Grace, Puerto de Francia, el 14 de mayo de 1820.
Luisa Teresa de Montaignac, francesa (1820 - 1885), fundó el Instituto de las Oblatas del Corazón de Jesús, para responder a las necesidades de su pueblo, que sufría las consecuencias de la Revolución Francesa, que, a pesar de sus beneficios, sumió al pueblo en la indiferencia religiosa, fruto de un racionalismo y ciencia concebidos como absoluto. Ella se unió a cristianos audaces que se esforzaban por impregnar de valores evangélicos a ese mundo en plena evolución. Todas las obras que realizó y la diversidad de servicios, fueron planificados en su lecho de enferma, ya que tempranamente sufrió una afección ósea.
Su auténtica devoción al Corazón de Jesús fue la fuente de la fortaleza que le permitió convivir con el dolor, aceptar y superar sus limitaciones, y contribuir a la construcción del Reino de Dios en la tierra. Su vida fue un testimonio claro de la ternura de Dios. Luisa Teresa dejó en herencia al mundo una gran familia que proyecta su acción apostólica a partir de la Oblación al Corazón de Jesús.
La fundadora murió en 1885 y fue beatificada por SS Juan Pablo II el 4 de noviembre de 1990.