Se llamaba Antonio por su bautismo pero se le conocía por el nombre de Constante. Nació en Fajolles, Francia, el 19 de abril de 1764, hijo de un procurador. Optó por el sacerdocio y recibió la tonsura clerical el 7 de marzo de 1789, ascendiendo después por las órdenes hasta el presbiterado, recibido el 29 de noviembre de 1790 con dimisorias de su obispo, el de Cahors.
Fue entonces enviado como vicario a las parroquias de Calviat y Sainte-Mondane, donde comenzó a ejercer su ministerio con dedicación y celo. Llegada la orden de suscribir la «constitución civil del clero», se negó desde primera hora firmemente, lo que trajo primero su expulsión de la parroquia y posteriormente su reclusión en la prisión de Notre Dame de Périgueux, en la que el 12 de diciembre de 1793 fue hallado apto para la deportación. Llegado a Rochefort, fue embarcado en la nave Deux Associés, y se ofreció para enfermero del hospital donde tantos pobres y algunos ya ancianos sacerdotes sufrían de diferentes males. Su amabilidad, bondad, caridad y ternura como de hijo fue un consuelo para todos. Muy pronto el que enfermó fue él y murió el 16 de junio de 1794. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995.