Arcángel, miembro de la familia Placentini, nació en Sicilia hacia el año 1390. Desde niño dio muestras de particular piedad e inclinación por la soledad, de suerte que a nadie extrañó que en su temprana juventud se retirase a vivir en la desolación de una cueva. Como solía acontecer en tales casos, las gentes comenzaron a acudir a él en procura de consejo y dirección, y la afluencia aumentó considerablemente cuando corrió la noticia de que el ermitaño obraba milagros. A Arcángel le contrariaban tantos visitantes, pues su caridad le movía a atenderlos, pero su humildad le hacía considerarse incapaz de ayudarlos. Finalmente, se trasladó a Alcamo, donde, a petición del pueblo, se encargó de reorganizar un hospital de pobres que estaba en plena decadencia; pero, una vez conseguido su objeto, se retiró de nuevo a la soledad.
Por entonces, el papa Martín V ordenó a los numerosos ermitaños de Sicilia que ingresasen en alguna de las órdenes religiosas aprobadas o volviesen al mundo. En obediencia al decreto pontificio, el beato Arcángel se dirigó a Palermo, donde recibió el hábito de los Frailes Menores de la Observancia, de manos del beato Mateo de Girgenti. Después de su profesión, fue enviado al hospital de Alcamo para establecer ahí un convento de su orden. Arcángel vivió en toda su pureza y austeridad primitiva la regla de san Francisco. Hallándose todavía en Alcamo, fue nombrado provincial de Sicilia. En el ejercicio del cargo pudo prestar ayuda al beato Mateo, quien había renunciado a la sede episcopal de Agrigento (Girgenti) y había sido expulsado del convento de Alcamo por el sucesor de Arcángel. El beato Arcángel murió el 10 de abril de 1460, consumido por la penitencia y el trabajo en favor de las almas. Gregorio XVI confirmó su culto en 1836.
La fuente más completa de información es la obra del P. A. Gioia, «Il beato Arcangelo Placenza da Calatafimi» (1926). El autor tuvo acceso a los documentos presentados para la confirmación del culto, y se valió también de una biografía muy difícil de encontrar, publicada por el P. Longo en 1804.