El beato Enrique García Beltrán nació en Almazora, provincia de Castellón, el 16 de marzo de 1913. Ingresó al noviciado en Ollería en 1928. Había ya recibido el diaconado, y se preparaba para ser ordenado presbítero. Era jovial y dócil, piadoso, muy devoto de San José, y estudioso de la música. Comenzada la persecución se refugió en su casa paterna, y se preparó serenamente para el martirio, que aceptó con generosidad. Fue asesinado en la Pedrera de Castellón, el 16 de agosto de 1936.