Nació el 8 de febrero de 1749 en Saint-Méard en el seno de una familia distinguida. Luego de estudiar en Magnac-Lavac y en Toulouse, ingresó en el seminario parisino de San Sulpicio donde continuó los estudios hasta su ordenación sacerdotal. Canónigo y vicario general de Chartres, parece que en 1790 había dejado la canonjía pero seguía de vicario general. Fue capellán de Madame la Condesa de Provenza. Tras las reformas antirreligiosas de 1792 se retiró a vivir con su familia y rechazó con toda energía el juramento constitucional. Arrestado a comienzos de 1793, fue llevado a la casa de reclusión de sacerdotes del departamento de Haute-Vienne. Al no haber sido nunca funcionario público no se creía comprendido en la ley de prestar el juramento constitucional y así lo alegó, pidiendo su libertad. El Consejo departamental estudió su petición el 6 de abril de 1793 pero la rechazó. Volvió a la carga dos meses después y se le concedió la libertad pero a condición de que se presentara cada vez que fuera requerido. Sin embargo, en noviembre es nuevamente arrestado y llevado a Limoges, a la prisión de La Regle. Su familia volvió a insistir en pedir su libertad pero fue en vano, y en abril lo enviaron a Rochefort y fue embarcado en Les Deux Associés. Aceptó con plena entrega la voluntad de Dios y siguió siendo la persona piadosa, cortés y amable que había sido siempre. Prestó cuantos servicios pudo como enfermero a sus hermanos de detención, a los que consolaba con mucha unción espiritual. Sucumbió a las penalidades de su detención el 5 de septiembre de 1794. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995 por el papa Juan Pablo II.