Había nacido en Moya, provincia de Barcelona, el 28 de junio de 1916. En la adolescencia se decide por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Su padre se opone, pero el joven persevera en su propósito y el padre llega a echarlo de la casa. Entonces ingresa a la Orden, hace su noviciado y pronuncia los votos religiosos el 3 de junio de 1936, ocasión en la que su padre, que cambió de actitud ante la vocación de su hijo, estuvo presente. Fue destinado a la comunidad religiosa del sanatorio de San Baudilio de Llobregat.
Llegada la revolución de julio de 1936, los 52 hermanos de la comunidad de San Baudilio pasaron por momentos di gran tribulación, con ultrajes, amenazas y prisión; primero en la propia casa y luego en la jefatura de policía, hasta que pudieron salir por barco a Marsella. Pero al joven Francisco Javier, pensando en su mayor seguridad, los superiores le aconsejaron que fuera a su propia casa. Se ocultó en una casa de campo, donde Llevaba vida de oración y esperaba en la voluntad de Dios. El Z7 de septiembre, entre insultos y amenazas, fue arrestado y llevado a prisión, y al día siguiente por la tarde fue conducido a San Feliu de Codinas. Cuando vio que lo iban a matar pidió un tiempo para rezar, que le fue concedido, y, estando de rodillas, recibió las descargas que acabaron con su vida. Rociaron su cuerpo con gasolina y le prendieron fuego para evitar su identificación, pero ésta fue igualmente posible. Fue beatificado el 25 de octubre de 1992 en el grupo de 71 Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.