Francisco Spoto nació el 8 de julio de 1924 en Raffadali (Italia). Los padres lo educaron en una fe profunda y genuina, y le transmitieron un gran sentido del deber. Ingresó en el seminario de la congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres en palermo, en 1936. Desde el principio mostró poseer un carácter humilde, pero tenaz, con un sentido del deber y la responsabilidad muy acentuado. Precisamente a causa de esa determinación sus compañeros lo lamaban con los motes de «alemán» y «roca». De esos años de estudio proviene su sólida preparación, que se manifiesta en sus escritos, cartas y homilías.
Emitió su primera profesión el 1 de noviembre de 1940, y recibió la ordenación sacerdotal el 22 de julio de 1951. El capítulo general de 1959 lo eligió Superior General con apenas 35 años, para lo que hubo que pedir dispensa de la Santa Sede. En su superiorato se concluyó la aprobación de las Constituciones de la Congregación por parte de la Santa Sede, la nueva casa de estudios teológicos en Roma, y la inauguración, en 1961, de la misión en Biringi, en la actual república Democrática del Congo, que era en ese momento Zaire.. Es precisamente allí, en esa tierra tan amada por él, en la que transcurrirá los últimos meses de su vida, en una carrera orientada enteramente a la santidad, hasta el martirio.
El 4 de agosto de 1964 partió para Biringi a fin de confortar a los hermanos. El país se hallaba en una situación política de gran inestabilidad; la ex colonia belga había obtenido la independencia en 1960, pero las luchas iban en aumento, y se volvieron más feroces en 1964 debido a la persecución, en nombre de una ideología materialista, de todos los religiosos y religiosas presentes en el lugar. En el mes de septiembre, cuando la situación se hizo más difícil, el padre Spoto prefirió permanecer allí y declinar su cargo de Superior General, lo que comunicó en una carta dirigida a su Vicario: «Si permanezco aquí ... es por el interés y el amor por la Congregación».
A inicios de noviembre, el P. Spoto y tres hermanos de hábito fueron obligados a dejar la misión y a vagar sin rumbo, escondiéndose y procurando huir de los grupos que los seguían para asesinarlos. El P. Francisco ofreció a Dios su vida a cambio de que la de sus compañeros se salvaran. En esta situación errante y de miedo, el P. Francisco consiguió escribir una especie de «diario». El día 3 de diciembre, sus compañeros fueron capturados. Él había conseguido huir; pasó la noche vagando en los bosques, con los pies descalzos, sediento, hambriento, ensangrentado... a la mañana siguiente encontró a sus tres compañeros libres. La noche del 11 de diciembre el padre fue atacado por dos guerrilleros, y a causa de los violentos golpes que recibió, quedó paralizado. A partir de aquella noche y hasta su muerte fue transportado en una especie de hamaca, prosiguiendo la fuga para evitar ser capturados nuevamente. El P. Spoto murió el 27 de diciembre después de recibir el sacramento de la Unción, y fue sepultado en las proximidades de la cabaña donde se refugiaba. Sus tres hermanos lograron salvarse y regresar a Italia. Fue beatificado bajo el pontificado de SS. Benedicto XVI en 2007.
Traducido y adaptado de la biografía en portugués que presenta el sitio del Vaticano, posiblemente a cargo de la congregación.