Según la tradición, Gracián era originario de Cattaro (Kotor), en Dalmacia. Hasta los treinta años se dedicó al comercio marítimo. Un día, entró en una iglesia de Venecia y quedó muy impresionado por el sermón del fraile de San Agustín Simón de Camerino. Gracián determinó ingresar en dicha orden y fue aceptado como hermano lego en el convento de Monte Ortono, en las cercanías de Padua. Sus superiores le dedicaron a trabajar en el huerto. Pronto se ganó el beato el respeto y la veneración de toda la comunidad. Cuando fue trasladado al convento de San Cristóbal de Venecia, apareció una luz misteriosa sobre su celda. Dios obró varios milagros por su intercesión. El hermano Gracián tomó parte en los trabajos de restauración de la iglesia. Aunque ese verano fue particularmente seco, no faltó jamás agua en la cisterna; el mar penetró en una ocasión hasta el estanque y, sin embargo, el agua no se hizo salobre. A los setenta y un años, Gracián cayó gravemente enfermo y apenas pudo levantarse del lecho para recibir de rodillas los últimos sacramentos. Murió el 9 de noviembre de 1508. Su culto fue confirmado en 1889.
Véase Acta Sanctorum, nov., vol. IV, pp. 297-304. Las biografías más antiguas (S. Lazzarini, en italiano, 1643; Eliseus Polonus, en latín, 1677) datan de más de un siglo después de la muerte del beato. Según parece, todas las biografías se basan en el mismo documento.