Joaquín Kuróemon era seglar, había nacido aproximadamente en 1559 en Aki (que hoy es parte de Hiroshima). Convertido al cristianismo, ejercía de catequista y encargado de las obras de misericordia y de la animación de la comunidad. Por este motivo fue condenado a morir en cruz. Marchó con alegría al lugar del martirio, orando y exhortando a aceptar la fe cristiana. Una vez crucificado fue allí mismo atravesado con lanzas, el 8 de marzo de 1624. Su caso es de los pocos bien atestiguados de la persecución en Hiróshima, que dejó muchísimas víctimas pero que lamentablemente no están bien atestiguadas y no es posible, al menos de momento, la beatificación.
Basado en los datos del artículo de Mons. Esquerda Bifet que puede leerse como hagiografía del grupo.