Jorge Gervase (o Jervis) nació en 1569, en el puerto de Bosham de Sussex, como puede leerse todavía en el acta bautismal que se halla en el registro de la famosa parroquia. Según parece, fue educado en el protestantismo o abandonó la fe católica durante algún tiempo, a pesar de que su madre pertenecía a la familia del beato Eduardo Shelley. Challoner cuenta que los piratas raptaron a Jorge a los doce años y le llevaron a las Indias Occidentales, donde pasó los siguientes doce años. Lo que sucedió en realidad fue que, a los veintiséis años de edad, Jorge tomó parte en la desastrosa expedición a las Indias que partió de Plymouth en 1595, al mando de Sir Francis Drake, aunque es muy probable que Jorge haya tenido que ir en la expedición contra su voluntad. A su regreso, sirvió dos años en Flandes en el ejército español. Tal vez en 1599, «entró finalmente a servir en el ejército de Cristo, en el Colegio Inglés de Douai».
Se ordenó sacerdote en Cambrai en 1603, y al año siguiente partió a Inglaterra. Durante dos años ejerció los ministerios apostólicos en diversas regiones, hasta que cayó prisionero en Haggerston. Todavía se conservan las actas de las preguntas que le hizo el dean de Durham, con las respuestas del beato. Estuvo preso en Londres hasta julio de 1606, fecha en que fue desterrado del reino con otros sacerdotes. Jorge hizo entonces una peregrinación a Roma y probablemente solicitó ahí el hábito de los benedictinos ingleses, porque en el mismo año de 1607, a su vuelta a Douai, entre los meses de julio y septiembre, recibió el hábito de manos del prior general, Dom Agustín Bradshaw. A causa de la oposición que existía en el Colegio Inglés contra los benedictinos, el hecho no se puso en conocimiento de las autoridades del Colegio.
En septiembre, se embarcó para Inglaterra. Apenas dos meses después de su llegada, fue arrestado y encarcelado en la prisión de Gatehouse, en Westminster. Juzgado en el tribunal de Old Bailey, se rehusó a prestar el juramento de lealtad al rey, en la forma en que había sido condenado por la Santa Sede, pero protestó de su lealtad a la corona. Cuando le interrogaron sobre el poder del papa para deponer a los monarcas, respondió: «Declaro que el papa puede deponer a los reyes y emperadores cuando éstos lo merecen». También confesó que era sacerdote. Fue condenado a muerte inmediatamente.
Roberto Chamberlain, confesor del mártir, anota que, cuando el verdugo le echó la cuerda al cuello, el P. Jorge levantó los brazos y miró al cielo, en la actitud del novicio que recita el «Suscipe» el día de su profesión. Y así, «abriendo los brazos como si fuesen alas», voló a recibir el premio celestial. El beato Jorge, protomártir de San Gregorio de Douai (actualmente San Gregorio de Downside), murió el 11 de abril de 1608. El mismo día y a la misma hora, un incendio destruyó casi toda la ciudad de Bury St. Edmunds, en la que el beato Jorge había pasado gran parte de su juventud.
Camm cuenta por extenso la vida del beato Jorge en Nine Martyrs Monks (1931). Su obra se basa en Pollen, «Acts of the English Martyrs», algunas cartas que se hallan en Westminster Archives, vol. IX, Middlesex County Records, vol. VII, un relato italiano del juicio y la ejecución del beato que se conserva en el Record Office, una carta del embajador español, Don Pedro de Zúñiga, que se halla en la Biblioteca Vaticana y otras fuentes. La Biblioteca Vaticana posee también un relato manuscrito del proceso del beato, considerado desde el punto de vista de los perseguidores; Camm lo traduce en su obra.