Jorge Matulaitis nació en el pueblo lituano de Lugine, el 13 de abril de 1871, y fue el último de los ocho hijos de Andres y Úrsula. A los diez años quedó huérfano de los dos padres, y permaneció bajo el cuidado de su hermano mayor, Juan, quien luego de darle los estudios elementales, lo llevó a las labores del campo. Pero a los 18 años se mudó con un cuñado llamado Juan Matulewicz a Polonia, y allí se cambió el nombre de Matulaitis a Matulewicz.
Estando en Polonia, ingresó al seminario de Kielce para realizar los estudios sacerdotales, y fue ordenado a los 27 años, en 1878. Continuó estudiando en Friburgo de Suiza donde obtiene el doctorado en Teología con una tesis sobre la doctrina rusa de la justicia original.
Desde 1902 se abocó a la enseñanza: Literatura latina, Derecho canónico, Teología dogmática y Sociología, son las asignaturas que dictó, primero en el seminario de Kielce y luego en el de San Petersburgo. Pero en 1904 se le manifestó una tuberculosis ósea que lo tuvo postrado y al cuidado de las Hermanas del Sacratísimo Corazón de Jesús; lleno de gratitud por sus cuidados, las ayudó en 1907 con la reforma de las constituciones de la congregación. Esa tarea será determinante en su futuiro religioso.
Funda por esos años en Varsovia dos asociaciones laicales de importancia: una de jóvenes universitarios ("Renacimiento") y una de trabajadores. Pero en esos momentos el gobierno ruso está prácticamente desmantelando los institutos religiosos, por lo que sobre la base de su experiencia con las Hermanas del Sacratísimo Corazón, se pone en camino de reformar y revitalizar la ya casi extinta Orden de Clérigos Regulares Marianos, de la cual quedaba sólo el convento de Marijampolé.
Ingresó sin noviciado al Instituto con autorización de Roma, emitiendo los votos inmediatamente, y ya desde dentro se puso a la tarea: desde el hábito hasta la vida común, dio nueva vida a la congregación, cuyas nuevas constituciones fueron aprobadas por Roma en 1910, al tiempo que el padre Jorge forma en la clandestinidad un noviciado en San Petersburgo, con tres novicios. Hará lo propio en Friburgo, para que los novicios puedan intercambiar con Occidente, de manera de poder formarse sólidamente a pesar de la persecución zarista, ya que este tipo de iniciativas eran vistas como un modo de alimentar los sentimientos nacionales polacos y lituanos. Las fundaciones se extendieron: Chicago en USA (1913), Polonia (1915), Lituania (1918).
A esto se sumó, pasada la primera Guerra Mundial, la fundación de la Congregación de Hermanas de los Pobres de la Santísima Virgen María, para ayudar a los necesitados, que abundaban como consecuencia de la guerra.
También en 1918 recibe de Roma el nombramiento para la sede episcopal de Vilna, en Lituania. Sin embargo la cuestión fue bien difícil, en los siguientes tres años se sucedieron en Vilna cuatro dominios políticos distintos: alemán, ruso-bolchevique, polaco y lituano. Incluso los fieles eran una mezcla de nacionalidades, no sólo distintas sino enfrentadas por cuestiones de lengua. Desde 1920, cuando Vilna entra en la órbita de Polonia, este país resite al obispo porque no es de nacionalidad polaca. Sin embargo, el santo no se arredra: aun en 1924 funda la congregación de las Hermanas de Jesús en la Eucaristía, con el encargo de ayudar a los pobres de la comunidad bielorusa.
Pero el nuevo cconcordato entre Polonia y la Santa Sede hace desaparecer la diócesis de Vilna, y el obispo se traslada, sin sede, a Roma, donde funda un Colegio para estudiantes de los Clérigos Regulares. Cuando nació la nueva república de Lituania, fue nombrado Visitador Apostólico de la nueva nación. Dedicó sus últimos años a la reorganización territorial y administrativa de la iglesia lituana, así como a visitar y apoyar a la gran masa de emigrantes lituanos, especialmente en USA.
Una apendicitis aguda lo llevó rápidamente a la muerte, el 27 de enero de 1927. Fue sepultado en la catedral de Kaunas, en Lituania, pero en 1934 sus restos fueron trasladados a la iglesia parroquial de Marijampolé. Jorge Matulaitis - Matulewicz fue beatificado por SS Juan Pablo II el 28 de junio de 1987 en Roma.
Los datos provienen del muy documentado artículo de Antonio Borrelli en Santi e Beati.