Este sacerdote valenciano nació en Alacuás el 23 de enero de 1874 e hizo los estudios eclesiásticos en el seminario conciliar de Valencia, acreditándose por sus buenas cualidades morales y magnífica conducta. Obtuvo el doctorado en teología. Se ordenó sacerdote el 26 de marzo de 1898. Fue sucesivamente coadjutor en Sueca y Paterna, luego, cura regente de Puzol y, más tarde, párroco de Cheste, donde estuvo veinticinco años, hasta su martirio. Llevaba cuatro años en la parroquia cuando se incendió el templo y con gran riesgo de su vida salvó de las llamas el Santísimo Sacramento, y a base de limosnas logró reconstruir la parroquia. El 19 de marzo de 1936, tras las elecciones en que se alzó con la victoria el Frente Popular, fue conminado a abandonar la parroquia y hubo de hacerlo el 6 de abril, tras ser ésta asaltada. Luego de un tiempo refugiado en la Masía de Baló, se escondió en una casa de la feligresía. Pero el 5 de julio de 1936 pudo celebrar misa rodeado de sus feligreses.
Llegada la Revolución, se escondió, pero, amenazada la familia que lo amparaba, se presentó voluntariamente a la autoridad. Encerrado en la cárcel y liberado al poco a condición de no ausentarse, fue posteriormente detenido de nuevo y llevado ante el Comité. Paseó por toda la población mientras lo insultaban, le rasgaban los vestidos y las carnes y lo pinchaban con navajas. Le cortaron las orejas y lo sometieron a otras torturas en la plaza mayor del pueblo. Él, mientras tanto, callaba y oraba. En la madrugada del 12 de octubre de 1936 junto a la vía del tren le dispararon dieciocho tiros y llevaron su cadáver al cementerio de Ribarroja. Fue beatificado el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II.