José Gregorio Hernández Cisneros nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú (Venezuela). Luego de obtener una licenciatura en filosofía, se graduó en medicina en la Universidad de Caracas. En 1889 asistió a cursos de especialización en microbiología y bacteriología en París. De regreso a Caracas, inició su carrera universitaria, profesando abiertamente su fe católica, en un ambiente proclive al materialismo.
Se inscribió en la Tercera Orden Regular de San Francisco y se comprometió a ayudar a los más necesitados, por lo que fue llamado "el médico de los pobres". Sintiendo la vocación a la vida consagrada contemplativa, en 1908 ingresó en la Cartuja de Farneta (en Lucca, Italia) pero, por motivos de salud, tuvo que abandonarla a los nueve meses, regresando a Caracas. En 1913 comenzó a prepararse para el sacerdocio pero, mientras estaba en el Colegio Pío Latinoamericano de Roma, le sobrevino una pleuresía y un ataque de tuberculosis. De regreso a su tierra natal, se dedicó definitivamente a la profesión médica.
Murió en Caracas (Venezuela), el 29 de junio de 1919, víctima de un accidente automovilístico, cuando se dirigía a visitar a un enfermo.
Su figura es extraordinariamente popular en Venezuela, y es normal que muchos niños reciban el nombre de José Gregorio en honor a él. Paradójicamente, algunas de las formas que adoptó la devoción popular hacia él retrasaron su proceso de beatificación, iniciado en 1949. El doctor Lepoldo Briceño-Iragorry, de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, explica que "en parte del pueblo hay una visión distorsionada de su figura, que se ha asociado con rituales de santería y ha sido aprovechada por algunos charlatanes, lo que hizo demorarse la beatificación".
El milagro para la beatificación
El decreto sobre la heroicidad de las virtudes fue promulgado el 16 de enero de 1986, pero aun no estaba constatado el milagro necesario para el fin del proceso. Para la beatificación de José Gregorio Hernández Cisneros, la Postulación de la Causa presentó al examen de la Congregación la supuesta curación milagrosa, atribuida a su intercesión, de una niña que padecía “muy grave traumatismo craneoencefálico con herida craneoencefálica por arma de fuego”. El hecho tuvo lugar el 15 de marzo de 2017 en Venezuela. La pequeña, nacida en 2006, la tarde del 10 de marzo de 2017, mientras viajaba con su padre en una scooter, fue víctima de un robo a mano armada. La pequeña fue alcanzada en la cabeza por unos disparos de un rifle de caza, desde una distancia de 2 metros, provocándole una herida craneoencefálica. Rescatada por su madre, fue transportada en un pequeño bote a motor al hospital, donde llegó unas cuatro horas después de su lesión. Le diagnosticaron una fractura parietal derecha con múltiples fragmentos óseos y metálicos dentro del tejido cerebral. Posteriormente, se notó un evidente empeoramiento de las condiciones neurológicas. Por diversas dificultades, el neurocirujano pudo visitarla solo 48 horas después del traumatismo, constatando “fuga de material cerebral a través de las heridas craneales provocadas por múltiples armas de fuego”. Ese mismo día se decidió trasladarla a una clínica privada, donde la pequeña fue sometida a una delicada neurocirugía. Los médicos informaron a la madre que, si la niña pasaba la operación, quedaría con trastornos neurológicos y discapacidades. Sin embargo, el 15 de marzo de 2017 hubo una mejora repentina e inesperada. El 30 de marzo fue dada de alta en buen estado de salud y sin déficits neurológicos y cognitivos. La artífice de la advocación al Venerable Siervo de Dios José Gregorio Hernández Cisneros fue la madre de la niña. Después de enterarse del gravísimo estado de su hija, comenzó a invocarlo para que intercediera por la curación. Su familia y otras personas se sumaron a sus invocaciones.
La fuente principal de este escrito es la pequeña biografía oficial del decreto de virtudes, pero enriquecida con algunos datos provenientes de sitios de internet. Un sitio más completop sobre el beato puede visitarse aquí.