El Beato Juan Robinson, nació en Ferrensbery, en el Yorkshire. Cuando quedó viudo, pasó a Reims, donde su hijo Francisco estudiaba también para el sacerdocio. Recibió la ordenación sacerdotal en 1585. Fue arrestado en cuanto puso el pie en tierra inglesa. Después de pasar algún tiempo en la prisión de Clink, en Londres, compareció ante el tribunal, que le condenó a muerte. El día en que llegó a Ipswich la autorización oficial para la ejecución (28 de septiembre de 1588), el beato "se llenó de alegría, regaló todo su dinero al portador de la autorización y cayó de rodillas para dar gracias a Dios".