Juan Charles nació el 29 de diciembre de 1743 en Millery, Cóte-d'Or. Educado cristianamente, a los 28 años pidió el hábito en la abadía cisterciense de Sept-Fons, en la que ingresó el 25 de junio de 1771, e hizo la profesión religiosa el 29 de septiembre de 1772, tomando el nombre de Pablo. Posteriormente fue ordenado sacerdote. Tras la elección del abad Sallemard de Montford (6 de julio de 1788), fue nombrado prior claustral. Y sucedió que cuando empezó la Revolución y empezaron los problemas con las casas religiosas, el abad dejó el monasterio y se fue con su familia, quedando entonces Pablo al frente de su monasterio.
Procuró mantener la vida monástica, aseguró la cohesión de la comunidad y su nivel espiritual, haciendo frente con fortaleza a las muchas dificultades. No sirvió que 32 municipalidades pidieran el mantenimiento de la abadía de Sept-Fons. La abadía fue suprimida, y Pablo se marchó a Donjon con sus monjes y pidió se les concediera una casa donde vivir. El Directorio del departamento les asignó el exconvento de los capuchinos de Montlucon. Le acompañaban veinte monjes que intentaron vivir su vida de comunidad con los escasos ingresos que tenían, y aun así se sabe que hacían obras de caridad con los más pobres, que agradeció la municipalidad. El 14 de agosto de 1792 se les intimó a prestar el juramento de libertad-igualdad, a lo que todos se negaron. Entonces se les intimó orden de dispersión. Se fueron donde pudieron. Cinco de ellos se quedaron con el prior y se instalaron en Saint-Sauvier durante el invierno de 1792-1793, en el castillo de La Romagére.
Finalmente el 30 de marzo de 1793 fue arrestado en el castillo Des Ages. Fue llevado a Montlucon, donde fue interrogado, y de ahí a Moulins, donde fue encerrado el 2 de abril siguiente en la cárcel de Sainte-Claire. Declarado capaz de ser deportado, en diciembre de 1793 se le destina a Rochefort. Embarcado en Les Deux Associés, las duras condiciones de su detención y la falta de alimentos acaba con su salud y muere el 25 de agosto de 1794, siendo enterrado en la isla Madame. Excelente religioso, instruido, piadoso, dulce y ameno, dejó un magnífico recuerdo entre sus compañeros de prisión. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995 por el papa Juan Pablo II.