Simón Rinalducci de Todi ingresó a la orden de los Ermitaños de San Agustín en el año de 1280. Fue un predicador notable, ejerció el cargo de prior en varios conventos y fue provincial en Umbría. Algunos de sus hermanos lanzaron contra él acusaciones graves en un capítulo general al que no asistió. Aunque hubiese podido probar su inocencia, prefirió sufrir en silencio, en vez de exigir una investigación que habría causado escándalo y provocado discordias en la orden. El beato Simón murió en Bolonia. En su tumba tuvieron lugar numerosas curaciones.
Ver Acta Sanctorum, abril, vol. II, donde se hallará también una colección de los milagros que se atribuyen a la intercesión del beato. Su culto fue confirmado en 1833.