Subida al trono de Inglaterra en 1558, sucediendo a su media hermana María la Católica, la reina Isabel I reintrodujo en el reino la religión cismática del anglicanismo, fundada por su padre, Enrique VIII, que había sido excomulgado por el Papa Pío V en 1570.
Entre los muchos fieles católicos que murieron en aquella época está el beato Tomás Sherwood, nacido en Londres alrededor de 1550, quien hacia los quince años comenzó a ayudar a su padre en su comercio de telas, hasta que obtuvo permiso de sus progenitores, devotos católicos, de ir al Colegio Inglés de Douai, en Francia, para estudiar y llegar a ser sacerdote.
Pero estando aún en Londres, en espera de encontrar los medios financieros para ir al continente, se encontró en la calle con el joven George Martin, hijo de la Señora Tregonwell, católica, que a diferencia de su madre era un fanático opositor al catolicismo, quien lo reconoció y se puso a gritar «¡al traidor! ¡Detened el traidor!». Inmediatamente arrestado, fue llevado ante el juez Fteetwood, rabiosamente anticatólico, que lo sometió a un largo interrogatorio acerca de su religión. Tomás sostuvo que, del momento en que Isabel fue excomulgada por el Papa, ya no podía considerarse reina, y eso fue suficiente para que fuera encerrado primero en las cárceles de Gatehouse, en Westminster, y luego trasladado a las terribles cárceles de la Torre de Londres, donde fue torturado con frecuencia para arrancarle los nombres de otros católicos.
Procesado en Westminster, fue condenado a muerte por negar la supremacía espiritual de la reina. La sentencia fue ejecutada en Tyburn el 7 de febrero de 1578. Su madre, después de su ejecución, fue encarcelada durante 14 años y murió de inanición. Fue beatificado por el Papa León XIII en 1886.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli.
Atención: el «elogio» que trae la edición castellana del Martirologio Romano (y por tanto las ciberediciones que siguen ese texto, incluido la nuestra) no se corresponde con el original, ya que dice «pasó a Douai para iniciarse en el sacerdocio, y al regresar a Londres para asistir a su padre anciano y enfermo», lo que da idea de que llegó a ser sacerdote, mientras que el Martirologio lo que afirma es que "había ya decidido dedicarse al sacerdocio", pero no que ya había llegado a serlo. He corregido nuestra noticia acorde con este texto, que puede cotejarse (aunque lamentablemente en italiano, no en latín) en el sitio del Vaticano, que puede considerarse, si no "editio typica", al menos suficientemente oficial; por otra parte es la misma idea que dan los demás martirologios no castellanos, evidentemente se trata sólo de un problema de descuidada traducción, y no de una discrepancia en los datos originales, como ocurre en otros casos.