En el término del pueblo valenciano de Montserrat, en la partida de La Mantellina, conocida también por Puchá d'Alt, fueron fusilados, en la noche del 17 al 18 de septiembre de 1936, un grupo de ocho sacerdotes y religiosos, entre los cuales se hallaban los cinco que conmemora hoy el Martirologio, y que eran miembros de la Congregación de Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores. Habían llegado hasta allí atados, y en el camino, el P. Ambrosio de Torrent les había animado al martirio. Bajados de los coches, los colocaron frente a la cuneta, los alumbraron con la luz de los faros y diez o doce milicianos dispararon sobre las víctimas. Sus cuerpos fueron sepultados en una fosa común en el cementerio del pueblo. Los cinco fueron beatificados el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II.
Salvador Chuliá Ferrandis nació en Torrent (Valencia) el 16 de abril de 1866 en una familia cristiana. Hechos los estudios en el seminario diocesano de Valencia y cuando ya era diácono, decide ingresar en la congregación de los terciarios capuchinos, fundada por el P. Luis Amigó. Ingresa en el noviciado el 17 de mayo de 1891, cambiando su nombre por el de fray Ambrosio María de Torrent. Es ordenado sacerdote el 4 de abril de 1892 y en junio emite su primera profesión religiosa. La perpetua la haría el 5 de junio de 1898. Durante su dilatada vida, desempeñó los cargos de maestro de novicios, vicesuperior, y consiliario, y su carisma era la dirección espiritual y el ministerio del confesionario. Pasó por las casas de Torrent, Santa Rita, de Madrid, Yuste, Fundación Caldeiro, de Madrid, y Godella. Su último destino fue Torrent. Al tener que dejar el convento tras el 18 de julio de 1936 se refugió con su familia, pero, al poco tiempo, fue llevado a la prisión llamada La Torre. Al bajar para ser fusilado pidió le desataran las manos para bendecir a los verdugos. No lo desataron y dio la bendición con las manos atadas.
Vicente Jaunzarás Gómez nació en Torrent el 6 de marzo de 1896 en el seno de una familia cristiana. Ingresa en la infancia en la escuela seráfica de los terciarios capuchinos de Torrent, y empieza su noviciado el 15 de octubre de 1911 tomando el nombre de fray Valentín María de Torrent. Hace su primera profesión el 15 de octubre de 1913 y la perpetua el 15 de octubre de 1919. Se ordena sacerdote en Madrid en 1920. Pasa por las casas de Burjassot, Santa Rita, de Madrid, Fundación Caldeiro, de Madrid, Zaragoza, y es destinado luego al asilo de San Antonio, de Santafé de Bogotá, en Colombia. Vuelve a España y se marcha a Navarra, de donde pasa como superior a Godella. El 18 de julio de 1936 estaba accidentalmente en Torrent, y en la mañana del día siguiente es él quien acompaña a los milicianos cuando éstos registran el convento. Tuvo la sangre fría de consumir las hostias consagradas delante de los milicianos. Detenido con los demás y llevado al ayuntamiento, cuando son liberados se marcha a casa de su familia. El día 22 lo llevan a la casa de Godella unos milicianos pero el día 25 los religiosos de aquella casa-noviciado se dispersan y el P. Valentín vuelve a Torrent y acoge en su casa a varios religiosos. Con ellos es detenido el 28 de agosto y recluido en la prisión llamada La Torre. El día 17 de septiembre, fiesta de la «Impresión de las llagas de San Francisco», se le pudo oír desde la plaza cantar los gozos de las Llagas. Aquella noche fue su martirio. Era inteligente y culto, lleno de celo por la gloria de Dios, por el bien de las almas y por su congregación religiosa a la que amaba tiernamente.
Justo Lerma Martínez nació en Torrent el 12 de noviembre de 1886. Sus padres eran terciarios franciscanos. Ingresa en la comunidad el 14 de abril de 1905 y toma el nombre de Francisco María. Ejerce su apostolado en el Real Monasterio del Yuste, Cáceres, durante cinco años, y después veinticinco en el Colegio Fundación Caldeiro, de Madrid. Poseía excepcionales dotes pedagógicas, que le merecieron repetidamente las felicitaciones de las autoridades civiles. Reflexivo, trabajador y metódico, de pocas palabras, constante y muy hábil maestro de escuela. De profunda oración, incansable trabajador, atento, sencillo y humilde, gozaba de gran paz interior. Convertido en prisión el Colegio, se refugia en su casa paterna, donde es detenido y llevado a La Torre, y de allí al martirio.
José María López Mora nace en Torrent el 22 de agosto de 1874. Recibe la influencia del sacerdote don José Méndez y es uno de los que van a la Cartuja del Puig a pedirle a este sacerdote que no abandone su puesto pastoral para hacerse religioso terciario capuchino. No lo consiguen pero surge en él la vocación a la misma congregación, ingresando en el noviciado el 21 de junio de 1889 con el nombre de fray Recaredo María de Torrent, haciendo su primera profesión el 8 de diciembre del año siguiente y la perpetua el mismo día de 1896 en calidad de hermano coadjutor. Pasa sucesivamente por las casas de Santa Rita, de Madrid, Dos Hermanas y Amurrio y desde 1932 está en Torrent. Funda escuelas gratuitas para niños y cuida mucho de la catequesis infantil. Tras cerrar su convento la revolución pasa a casa de una sobrina suya. El día 4 de agosto es internado en la cárcel La Torre, de donde saldría para el martirio. Fue un magnífico educador y maestro y un incansable buscador de ayuda para las obras sociales de su congregación. Consiguió reunir muchos jóvenes en la Pía Unión de San Antonio de Padua.
Vicente Gay Zarzo nació en Torrent el 19 de enero de 1885 en el seno de una familia muy religiosa. Fue a la escuela del convento de Monte Sión y perteneció a la Pía Unión de San Antonio. A los 14 años empezó a trabajar en el campo con su padre y por la noche iba a la escuela nocturna. Venciendo la resistencia paterna, viste el hábito de los terciarios capuchinos el 6 de enero de 1903 y hace su primera profesión el 6 de enero de 1905. Toma el nombre de fray Modesto María de Torrent. Deseaba hacer los estudios eclesiásticos pero la superioridad no se lo permitió. Luego de pasar por varios destinos, en 1916 es destinado a la casa de Torrent, donde pasará el resto de su vida dedicado a la enseñanza de las primeras letras y a la administración de la casa. Cuando la revolución cierra el colegio, se aloja en casa de su hermana Concha. Detenido el 8 de septiembre, es llevado a la prisión de La Torre, de donde sale para el martirio. Era un hombre trabajador, sencillo, de carácter bondadoso y de singular devoción a la Virgen María.