A mediados del siglo VII, Nivardo, obispo de Reims, emprendió un viaje por Aquitania, donde conoció a los padres de Bercario y, viendo las grandes cualidades de éste, les rogó que le diesen una buena educación a fin de prepararle para el sacerdocio. Así lo hicieron y, con el tiempo, Bercario recibió la ordenación sacerdotal e ingresó en la abadía de Luxeuil. Al fundar la abadía de Hautvilliers, Nivardo nombró a san Bercario primer abad. En el ejercicio de ese cargo, san Bercario fundó en el bosque de Der otro monasterio, llamado Montier-en-Der y el convento de Puellemontier; según se dice, las primeras seis religiosas de ese convento eran unas esclavas que el santo había rescatado.
En la abadía de san Bercario había un monje joven llamado Daguino, cuya conducta era poco satisfactoria. En cierta ocasión, san Bercario le impuso una grave penitencia. Entonces Daguino, furioso al ver que su abad le reprendía constantemente, penetró en la celda de san Bercario por la noche y le apuñaló. En cuanto cometió el crimen, el miedo y los remordimientos le hicieron precipitarse a tocar a rebato la campana de la iglesia, por lo que todos los monjes acudieron inmediatamente a la celda del abad y le encontraron agonizante. El culpable confesó su crimen y fue conducido ante san Bercario, quien le perdonó inmediatamente. El santo sobrevivió dos días y falleció el 26 de marzo del año 685 o 696, el día de Pascua. El Martirologio Romano actual no lo cataloga como mártir.
Algunas veces se le representa junto a un barril de vino, con lo que se alude a la siguiente leyenda: cuando Bercario era monje en Luxeuil, su abad le mandó llamar en el momento en que transvasaba el vino y acudió inmediatamente, sin preocuparse siquiera por tapar el tonel. Cuando volvió a la bodega, se encontró con que se había obrado el milagro de que el vino, en vez de seguir fluyendo, se había detenido en el aire, como si el chorro estuviese congelado.
El abad Adso escribió una biografía latina de este "mártir" un siglo después de su muerte; dicha biografía puede verse en Mabillon y en Acta Sanctorum, oct., vol. VII, pte. 2.