San Erkembodone entró como monje en la abadía de Sithiu, en Saint-Omer, después del 707 y transcurridos diez años fue elevado a al dignidad abacial, llevando así a término la reforma columbiana de la Regla benedictina. Los soberanos Chilperico II y Tierrico IV le confirmaron los privilegios de inmunidad acordados a la abadía por Clodoveo y sus sucesores. Erkembodone se demostró un administrador astuti, y aumentó sensiblemente las posesiones de tierra de la abadía. En el 723 fue llamado a suceder al difunto Ravangerio, obispo de Thérouanne, manteniendo, no obstante, la doble carga, de obispo y abad. Murió finalmente el 12 de abril del 742.
Ya desde la muerte vemos que el santo obispo y abad fue objeto de culto popular, y en 1052 tuvo su «elevación a los altares». Su tumba, situada hoy en la catedral de Saint-Omer, es un arca monolítica puesta bajo una cubierta en forma de techo a dos aguas, que en el pasado era sostenida por cuatro leones de mármol, de los que ahora restan sólo dos. Entre 1152 y 1250 los canónigos de Sain-Omer le hicieron edificar una iglesia sobre su tumba, sustituida después por al actual catedral. El santo es invocado en especial para la curación de enfermedades de las piernas. Su «Vita» fue redactada en el siglo XIV por Juan Lelong, abad de Saint Bertin.
Traducido para ETF de un artículo de Fabio Arduino.