San Esteban Ming Kuk-ka nació en 1788 en Gyeonggi-do, Corea. De su vida no han quedado más datos que los escasos que nos llegan por el testimonio de su martirio. Sabemos de él que ejercía como catequista de la comunidad cristiana de Seúl, y que era viudo en 1840, es decir, al momento de dar su testimonio, cuando arreciaba la persecución. Fue encarcelado y se le pidió, según costumbre, que apostatara, pero él se negó. No obstante, aunque estaba ya sentenciado, fue dejado en una celda algún tiempo, hasta que el 20 de enero fue decapitado en la propia celda.