Poco puede avanzarse más allá de lo que dice el elogio del Martirologio Romano, que recoge la inscripción más antigua sobre este mártir, en el Martirologio Jeronimiano (siglo VI): que su martirio se produjo en Alejandría de Egipto, y que era diacono. Esos hechos son indudables.
Su inscripción se halla, además, en muchos otros martirologios antiguos, y en algunos de ellos se agrega que murió en la cárcel, posiblemente como resultado de los tormentos sufridos.
En algunos manuscritos está inscripto junto a otro diácono mártir, llamado Pedro, aunque lo más habitual es que aparezca solo.
Ver Acta Sanctorum, mayo II, pág 6.