Tal como sucede con los períodos tranquilos de la historia, del pontificado de Eutiquiano carecemos de noticias, abarca una parte de ese silencioso período entre la persecución de Decio (250) y la de Diocleciano (300). Fue elegido sucesor de san Félix I el 4 de enero del 275, y gobernó la Iglesia de Roma por casi 9 años, ya que murió el 7 de diciembre del 283.
El elogio del Martirologio Romano anterior se hacía eco de traiciones legendarias cuando decía: «sepultó en diversos lugares 342 mártires con su propia mano, y él mismo fue asociado al martiro bajo el emperador Numeriano». No hay registro de ninguna persecución, ni general ni local, bajo Numeriano, y el hecho de que esté a casi tres décadas de la última persecución hace poco probable que haya procedido al enterramiento de mártires, lo mismo que a dictar normal sobre tales enterramientos, tal como otras tradiciones señalan. La bendición de los frutos de la tierra, que también se le atribuye en el «Liber Pontificalis», es posterior.
Cuando el arqueólogo De Rossi exploró, a mediados del siglo XIX, la catacumba Calixtina, encontró la tumba de san Eutiquiano, con la inscripción, en griego: «EUTYCHIANOS EPIS[KOPOS]». Su nombre es mencionado entre los obispos de Roma (no entre los mártires) por el Catálogo Liberiano, de mediados del siglo IV, más fiable en su base histórica que el Liber Pontificalis, posterior y a menudo fantasioso o impreciso.
Artículo elaborado sobre la base de Butler-Guinea, «Vidas de los santos», tomo IV, pág. 512, el artículo J.P. Kirsch en Catholic Encyclopedia, y el breve capítulo sobre san Eutiquio en «Los Papas, de San Pedro a Juan Pablo II», de Jean Mathieu-Rosay, Rialp, Madrid, 1990. Las fuentes para todos ellos son: Duchesne (ed.), Liber Pontificalis, I, 159; De Rossi, Roma sotterranea, II (Roma, 1867), 70-72..