Poseemos muy pocos datos fidedignos sobre san Fantino. según se dice, fue abad del monasterio griego de San Mercurio, en Calabria. Tras algunos años de ejercer el cargo, Fantino declaró que Dios le había mandado que abandonase el monasterio. Obedeció esa orden y empezó a peregrinar de un sitio a otro, durmiendo al aire libre y alimentándose de hierbas y frutas. Cuando llegaba a alguna iglesia o monasterio, profetizaba desgracias, con grandes lamentaciones. Cuando encontraba a algún monje en el camino, lloraba por él como por un muerto. Sus amigos, muy afligidos de su extraña conducta, trataron de persuadirle a que volviese al monasterio, pero Fantino respondió simplemente que muy pronto dejaría de existir el monasterio y que él moriría en el extranjero. Poco después, los sarracenos asolaron la Calabria y destruyeron el monasterio de San Mercurio. San Fantino se transladó con dos discípulos al Peloponeso. Durante algún tiempo vivió en Corinto y en Larissa de Tesalia. Después emigró a Salónica, donde sus virtudes y milagros le hicieron muy famoso. Allí murió.
Los bolandistas le dedican varias páginas en Acta Sanctorum, agosto, vol. VI. A lo que parece, éste es el san Fantino que figura en los sinaxarios de Constantinopla el 14 de noviembre. Un sinaxario ítalogriego le menciona el 30 de agosto. Véase J. Rendel Harris, Further Researches finto the Ferrar Group (1900); Delehaye comenta esta obra en Analecta Bollandiana, vol. XXI (1902), pp. 23-28. Toda la historia de San Fantino es una leyenda muy confusa; no es imposible que se haya confundido a dos santos del mismo nombre.