Las noticias fundamentales provienen de una «Vita Fridolini», obra de Balterio de Säckingen, que es identificado por los estudiosos como el obispo Balderico de Speyr (970-986); a pesar de la distancia cronológica y las reservas históricas que pueden hacérsele, remite a un núcleo auténtico. En ella se afirma que Fridolino era de origen irlandés. Es verdad que la forma del nombre es franca y no irlandesa, pero la tradición hagiográfica del momento, generalmente aceptada, remite la fundación de muchos monasterios alsacianos y alemanes a la obra de monjes irlandeses itinerantes, y en la propia iconografía del santo suele aparecer con bastón de peregrino, zurrón y sombrero, como itinerante. La ubicación de Fridolino en el tiempo crea algunas dificultades: si el rey Clodoveo II (que gobernó entre 639 y 657) lo apoyó en sus actividades, Fridolino vivió en el siglo VII, que además es el contexto cronológico de los monjes itinerantes, y podría haber muerto en el siglo VIII, como es la suposición actual del Martirologio. Sin embargo, debe notarse que algunas fuentes lo ubican en relación a Clodoveo I, y por lo tanto en el siglo VI; esta perspectiva es menos segura. Del origen no es más que esto lo que puede conjeturarse.
Más seguras son las noticias que conciernen a episodios posteriores de su vida, que lo sitúan en relación con san Hilario de Poitiers (m. 367) y con la ciudad de Poitiers; según parece Fridolino promovió eficazmente el culto del santo, y afirma la Vita que en Poitiers restauró la tumba y la iglesia del santo, y que los monasterios dedicados a Hilarlo en Alsacia, Alemania y la región circundante del Rin deben su fundación a su iniciativa. Naturalmente, estas afirmaciones son difíciles de probar, no menos que de desmentir.
Al final de su vida, Fridolino debió haberse establecido en la isla de Sáckingen en el Rin y desde allí haber desarrollado su obra misionera. Según las afirmaciones de la Vita, para certificar la donación de este lugar, Fridolino habría resucitado a un tal Urso, que había sido el donante, para que actuase como testigo; esta escena aparece en la iconografía del santo, aunque también se cuenta en relación a san Estanislao de Cracovia (las narraciones hagiográficas medievales suelen seguir moldes a partir de pequeñas coincidencias en las vidas de distintos santos). Según parece, en Säckingen se formó junto a él una comunidad, que aparece más tarde (en un acta del 878) como monasterio imperial de canónigas (patronato de Santa Cruz y San Andrés; sustituida como San Hilario y San Fridolino en los siglos XII-XIII).
Los huesos del santo fueron inhumados en la cripta carolingia de la catedral de Säckingen; se los exhumó el 14 de diciembre de 1357, y desde esa época hay constancia de peregrinaciones al lugar. El santo es venerado en Alemania sudoccidental, en Alsacia y en la Suiza alemana, donde es patrono del cantón Glaris, e incluso se lo representa en su escudo.
Basado libremente en el artículo de S. Haarländer que se reproduce (en pésima versión castellana) en el Diccionario de los Santos de Editorial San Pablo, año 2000, pág 887, recopilación de C. Leonardi y otros.