Gerardo, o más frecuentemente Geraldo en los documentos antiguos, fue monje, posiblemente clunianiense, fundador de un eremitorio en Broissia, Francia. Siendo ya presbítero, fue ordenado obispo por san Aureliano de Lyon, para la sede de Mâcon, en Borgoña, hacia fines del siglo IX. Su fama de santidad perduró de manera constante en la región, y su tumba fue meta de peregrinación.
Figura en los episcopologios de la diócesis entre los números 12 y 16 (dependiendo esto no de él mismo sino de los obispos anteriores que cada listado trae). Las fechas de su episcopado están bien atestiguadas: se conserva un documento con su firma del 887 y su nombre se encuentra en diversos documentos episcopales hasta el año 926.
En ese año renuncia al episcopado (por causas que desconocemos) y se retira como ermitaño, dependiente de la abadía de Nantua, estado en el que vivió hasta su muerte, producida en torno al año 940, probablemente en el 942.
Ver Acta Sanctorum, mayo VII, pág. 88; Duchesne, Fastes Episcopaux II, pág. 196ss.