Nació en Monlogis (Francia), diócesis de Saint-Flour, el año 1838. Después de estudiar en el seminario diocesano, se ordenó de sacerdote en 1864, y estuvo ejerciendo el ministerio parroquial hasta que, en 1873, ingresó en los jesuitas. Dos años después lo enviaron como misionero a Madagascar. Ejerció su ministerio en varias misiones y se encontró con las dificultades añadidas provenientes de los problemas políticos. Las guerras franco-malgaches lo obligaron a ir cambiando de campo de apostolado. Durante años hizo una magnífica labor misionera. En la paz y en la guerra anunció con entereza sola y exclusivamente el mensaje de Cristo. En 1894 fue capturado por los insurgentes en Andrainarivo cuando acompañaba a sus cristianos evacuados de los poblados. Lo presionaron repetidas veces para que abandonara su fe, propuesta que él rechazó siempre, y los fetichistas, irritados por su negativa, lo sometieron a una muerte cruel en Ambiatibé (Madagascar), el 8 de junio de 1896, y arrojaron su cadáver el río Manarana. Fue beatificado por Pablo VI en 1965 y canonizado por Benedicto XVI en 2012. La orden jesuítica celebra su memoria litúrgica el 4 de febrero, junto con otros santos de la Compañía.
Puede encontrarse publicada en línea por una de las parroquias de la Compañía la liturgia correspondiente al 4 de febrero. En la Carta Apostólica con motivo de la beatificación (AAS 57 -1965- pág. 817ss) hay una pequeño resumen de la vida del santo.