Era sacerdote diocesano de la misión de Su-Tchuen. Había nacido en 1765 en el seno de una familia pagana en la ciudad de Pe-Choui-Hien. Acertó a escuchar a Mons. Gabriel Dufresse y se sintió atraído por el cristianismo. Se bautizó y edificó a todos en su empeño por vivir con profundidad la vida cristiana. El mismo santo obispo lo preparó para el sacerdocio, al que se sentía llamado, y lo ordenó sacerdote, siendo enviado, sucesivamente, a varios distritos donde ejerció con celo el ministerio sacerdotal.
Llegada la persecución del emperador Kia-Kin, fue arrestado en agosto de 1816. Se le quería sacar los nombres y paraderos de los demás misioneros europeos y de los sacerdotes cristianos, pero él no delató a ninguno. Se le sometió a interrogatorios de diversos géneros. Compareció a juicio revestido de los ornamentos sacerdotales, exaltó allí su fe cristiana y su ministerio sacerdotal y explicó el significado de la plegaria evangélica: «Venga a nosotros tu reino». Fue condenado al estrangulamiento pero se tardó tiempo en ejecutar esta sentencia, por lo que el mártir permaneció en prisión hasta el 24 de junio de 1817. El día de la ejecución fue orando en voz alta y exhortando a los cristianos que estaban entre la multitud a ser fieles a Cristo. Fue canonizado el 1 de octubre de 2000.