Litifredo fue obispo de Pavia en la segunda mitad del siglo IX. Lamentablemente, no sabemos nada de su patria de origen, así como de su fecha de nacimiento. No se conserva una «Vita» del santo obispo, sino un breve panegírico en un documento denominado «Breviarium Sanctorum Episcoporum Ticiniensis Ecclesiae» (Breviario de los santos obispos de la Iglesia de Pavia); en él se nos dice que Litifredo dio indicios de su futura santidad desde temprano, dedicándose a Cristo en el estudio sacro, ya en su adolescencia. Una vez en el episcopado de Pavia, dio muestras de piedad, paciencia y mansedumbre. Se nos dice que preparó su alma en la justicia y el temor de Dios, y fortaleció su corazón en la batalla contra las tentaciones. Hizo trasladar al monasterio de San Vicente el cuerpo de santa Honorata, hermana de san Epifanio de Pavia y virgen muy venerada por el pueblo. En esa traslación ocurrió un milagro, con el que, dice el documento, Dios manifestó la santidad de su virgen y se sobreentiende que también del obispo: en medio de la procesión, cuando se iba a ingresar a la basílica de san Nicolás, con los candeleros delante y el pueblo detrás, el cuerpo que transportaban quedó como clavado en las gradas, no había manera de moverlo, hasta que el santo obispo le impuso su palio, y pudieron nuevamente continuar con el traslado.
A su muerte, el 8 de marzo del 874, en fama de santidad, fue sepultado en la catedral, junto a la urna de san Armentario. El año 1636 las reliquias, tanto de san Armentario como de san Litifredo, fueron trasladadas con toda solemnidad al altar mayor, por el obispo Fabricio y con la participación de todo el pueblo en la ceremonia. En la ocasión se registraron varios milagros.
Ver Acta Sanctorum, marzo, I, pág. 793-94, donde se reproducen in extenso tanto el mencionado breviario como la crónica de la traslación. La imagen es de los santos Armentario y Litifredo en la Capilla de Todos los Santos en la Catedral de Pavia (imagen tomada del web de la catedral)