Este santo nació en To-Dhuc el año 1756, siendo su padre mandarín y jefe de la guardia real y su madre cristiana. En su juventud entró en la propia guardia real pero cuando en una revuelta murió su padre, se salió de ella y marchó al Tonkín oriental. Acogido por los dominicos, se comenzó a preparar al sacerdocio. Tras seis años fue ordenado presbítero, y luego de cinco años de servicio al Vicariato volvió a su tierra. Se llevó consigo a su madre y se dedicó al ministerio sacerdotal por completo.
Pudo hacerlo durante 19 años, fomentando la vida cristiana y propagando con celo el evangelio. Pero tras el decreto persecutorio del 7 de agosto de 1798, llegó al pueblo una banda de perseguidores de cristianos, y Manuel, para que no molestaran a los fieles, se presentó a ellos voluntariamente. Llevado a Hué, fue encarcelado y maltratado. Lo visitó su madre y pudo recibir de manos de un sacerdote los sacramentos. Condenado a muerte, fue decapitado en Hué el 17 de septiembre de 1798. Los cristianos recogieron sus restos. Fue canonizado el 19 de junio de 1988 por el papa Juan Pablo II.