Mauro es el primer obispo históricamente documentado en Porec, Istria, perteneciente en la actualidad a Croacia. Si bien esa documentación es exigua, es muy sólida: en el siglo IV se construyó una iglesia en el lugar dedicada a san Mauro, mártir. De esa iglesia sólo se sabe el nombre, y quedan algunos fragmentos primitivos, reutilizados en la basílica que la sustituyó en el siglo VI, y que se conoce con el nombre de Basílica de Eufrasio (desde 1997 patrimonio de la humanidad), pero no por su título (que sigue siendo de san Mauro) sino por el obispo que la hizo construir, en el 535 aproximadamente.
En el ábside se colocó un mosaico con la imagen de san Mauro, con la corona del martirio en las manos, que se conserva (ver imagen). Los huesos del santo, que se veneraban en la primitiva iglesia, pasaron a la basílica, pero sólo por un siglo, ya que el papa Juan IV, que era originario de Dalmacia y posiblemente le tenía especial devoción al santo, en su pontificado (640 a 642) trasladó las reliquias a la Capilla de San Venancio, en la Basílica de Letrán, y también allí se emplazó un mosaico con su imagen. Más tarde las reliquias llegaron a Génova, y en 1934 fueron devueltas a Istria, donde se encuentran en la actualidad.
De su historia, todo lo que se sabe es legendario, sin embargo no puede dudarse ni del culto genuinamente antiguo, rastreable en estas etapas que mencionamos, ni de su martirio, ya que ese mosaico original lo muestra con la corona de los mártires, ni de la época, que necesariamente es anterior al primer templo, por lo que tuvo que haber dado su testimonio de fe muy en los inicios del siglo IV, tal vez en la persecución de Diocleciano, si no antes.
La base son los datos tomados del Biographisch-Bibliographisches Kirchenlexikon, tomo XXII (2003) cols. 817-818; sobre la basílica eufrasina hay abundantes referencias y fotografías en el web, desde su declaración por la UNESCO, por ejemplo, mal redactado, pero válido en los datos y con buenas imágenes, el artículo de la Wikipedia en español(!?). El Martirologio Romano en español (ed 2004/2007) lo llama «san Marino», pero se trata evidentemente de un error de la versión, ya que la Editio Typica latina, así como toda la tradición mencionada lo llaman unánimemente Maurus.