El martirio de san Polión tuvo lugar en la ciudad de Cibala o Cibalis, de Panonia inferior (actualmente Vinkovci, de Croacia), donde nacieron los emperadores Graciano, Valentiniano y Valente. Polión era lector de la iglesia. Después del martirio del obispo Eusebio, se convirtió en el jefe de los cristianos de las diócesis que se negaban a obedecer los edictos de Diocleciano. Conducido ante el presidente Probo, hizo una valiente confesión de su fe. Como se rehusase a ofrecer sacrificios a los dioses y a rendir honores divinos a los emperadores, fue condenado a morir en la hoguera, algunos años después del martirio de Eusebio. No cabe duda de que san Polión existió realmente, aunque Ruinart exageró al clasificar sus «actas» entre las «acta sincera» (las que pueden considerarse históricamente auténticas).
El texto de esas actas puede leerse en Ruinart y en Acta Sanctorum, abril, vol. III. Es indudable que el nombre de san Polión figura en el Hieronymianum. En cuanto al obispo Eusebio, es posible que se le haya confundido con el presbítero martirizado en Nicomedia, al que el Breviario sirio conmemora el día 28 de este mismo mes.