Debido a la negligencia de sus contemporáneos, no hay noticias de importancia sobre su vida, ni sus palabras, ni conversaciones, que se hubieran guardado para las generaciones futuras. Swithum vivió en el siglo IX, fue capellán real del rey Egberto de Wessex, y tutor del hijo del rey, el príncipe Ethelwulf, que posteriormente gobernó, del 839 al 858.
Por pedido del rey Ethelwulf fue nombrado obispo de Winchester, en ese momento capital de Inglaterra; fue consagrado por Ceolnoth, arzobispo de Canterbury, el 30 de octubre del 852. Gobernó la diócesis diez años, porque murió el 2 de julio del 862; el rey Ethelwold, el 15 de julio del 971 hizo trasladar las reliquias a la catedral, consiguiendo con esto que se desatara una abundantísima lluvia, que fue tenida como signo de la potencia intercesora del santo obispo, ya que estaban en un período de intensa sequía.
Desde aquella época se usa en la región el refrán de que si llueve en el día de san Swithum (el 15 de julio, no el 2), lloverá 40 días seguidos, lo que en otros puntos de la geografía se conoce asociado a otros santos. Su culto, como santo milagroso para curaciones, y por supuesto para obtener la lluvia, tomó impulso a partir del siglo X, difundiéndose por la isla de Wight y por Francia. En el 1093 el cuerpo fue trasladado de nuevo a la nueva catedral de Winchester, pero por mucho tiempo la fecha de su festejo siguió siendo el 15 de julio, aniversario de la primera traslación.
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Antonio Borrelli.