Vigberto era originario de Inglaterra. Despreciando el mundo desde su juventud, abrazó la vida religiosa, y san Bonifacio le convidó a compartir con él los trabajos de la evangelización de Germanía y le nombró abad del monasterio de Fritzlar (a unos cinco kilómetros de Cassel). Uno de los discípulos que tuvo allí fue san Sturmo. Más tarde, Vigberto fue enviado a Ohrdruf de Turingia, donde fundó varios monasterios y dio gran ejemplo de observancia monástica.
Cuando tenía que viajar, no dirigía a nadie la palabra en el camino y regresaba a su monasterio tan pronto como podía. Su biógrafo alaba mucho las virtudes y milagros de san Vigberto, pero nos habla poco de su vida. Antes de su muerte, San Bonifacio le dio permiso de volver a Fritzlar, donde podía prepararse más apaciblemente para el fin. El santo no mitigó sus penitencias ni siquiera durante la última enfermedad. Murió hacia el año 738. El año 780, san Lulo transladó su cuerpo al monasterio de Hersfeld. No hay que confundir a este Vigberto con el discípulo de san Egberto del mismo nombre, que fue a evangelizar a los frisios a fines del siglo VII.
Servatus Lupus escribió una biografía de san Vigberto unos cien años después de la muerte de éste, insistiendo principalmente en los elementos milagrosos; puede verse en Mabillon, en Acta Sanctorum, y en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores, vol. xv, pp. 37-43. Véase también H. Timerding, Die christliche Friihzeit Deutschalands, Zweite Gruppe (1929).