Xi Guizi (o K'itchou Tseu) era un joven catecúmeno de 18 años que aún no tenía nombre cristiano. Estaba adherido a Cristo de todo corazón y estudiaba el catecismo con el mayor interés. Era obrero manual y tenía poca cultura. Su familia se oponía a que se convirtiera al cristianismo. Cuando supo la llegada de los boxers huyó, pero su padre lo mandó volver a casa y él obedeció. Apresado por los boxers, fue llevado a la pagoda para que adorara a los dioses. El joven se negó alegando su fe cristiana. Entonces fue maniatado y llevado camino de la ejecución. Pasó por delante de su casa, cuyos miembros mostraron hacia él una total indiferencia, no moviendo un dedo para salvarlo. Al pasar por delante de la capilla cristiana, pidió permiso para arrodillarse y adorar a Jesucristo. Llegado al lugar de la ejecución, le soltaron las manos, hizo sobre sí la señal de la cruz y dejó mansamente que lo descuartizaran vivo. Era en el pueblo de Dechao, provincia de Hebei.