San Gregorio de Tours (594 m aprox.), muy bien informado sobre la historia auverniense por los años pasados en Clermont de Auvernia, refiere la siguiente tradición sobre la existencia y virtudes de santa Georgia («De Gloria Confessorum», XXXIV): vivió a inicios del siglo VI en Clermont, "religiosa atque devota Deo" (religiosa y devota para con Dios); se retiró al campo para ofrecer más libremente a Dios «sus sacrificios de alabanza», y cada día se dedicaba al ayuno y la oración. A su muerte, mientras el cuerpo era trasladado a la iglesia, fue sobrevolado por una enorme bandada de palomas que, mientras el cuerpo estuvo en el templo, se vino a posar en el techo, para luego reanudar el vuelo hasta la sepultura. El candor de las palomas simbolizaba y honraba la virginidad de la difunta.
Calificados especialistas creen que los restos de Georgia permanecen en la iglesia de San Cassiano, en Clermont.
Traducido para ETF de un artículo de Paul Viard en Enciclopedia dei Santi.