No hay muchas noticias sobre la santa, y las que existen son muy inciertas. Una primera tradición conservada en la diócesis de Rouen narra que Honorina, llamada «de Normandía», recibió el martirio por mano de paganos, bajo Diocleciano (284-305), en Mélamare, entre Lillebonne y Harfleur; su cuerpo fue arrojado al Sena, y se habría varado en Graville, donde fue recogido por cristianos y sepultado en una tumba, que fue el punto de inicio de su culto.
Otra tradición la dice martirizada en Coulonces, cerca a la actual parroquia dedicada a ella. En el 876, bajo la amenaza de las invasiones normandas, los monjes que custodiaban las reliquias de la mártir las trasladaron más hacia el interior, a la confluencia del Sena con el Oise, depositándolas en la capilla de la fortaleza.
El 21 de junio de 1082, tras el asedio de Conflans y la destrucción del castillo, los monjes decidieron construir una iglesia fuera de los muros, dedicada a santa Honorina, cuyos reliquias fueron solemnemente trasladadas en presencia del obispo de París. En los años 1250, 1619 y 1752 se realizaron otros reconocimientos de las reliquias; una confraternidad constituida en su honor obtuvo en 1690 indulgencias especiales.
Santa Honorina es la patrona de los marinos remeros, desde cuando Conflans llegó a ser el puerto de llegada de los remolcadores que trabajaban en los ríos y canales de Francia, y donde se encuentra el remolcador-capilla que es la base de los capellanes de los remeros franceses. La fiesta de la santa se celebra al menos en siete diócesis de Francia, entre ellas la de Versalles.
Traducido de un artículo de Antonio Borrelli.