San Ireneo, obispo de Lyon, ordenó como sacerdote a Ferreol y como diácono a Ferrucio y, en seguida, los envió a predicar el Evangelio en Besançon y en las comarcas vecinas. Tal vez hayan sido griegos, aunque lo más probable es que fueran dos jóvenes galos que estudiaron en Occidente, donde quedaron bajo la influencia del cristianismo (su historia legendaria afirma que fueron convertidos por san Policarpo de Esmirna). Después de trabajar con éxito en su misión durante unos treinta años, fueron detenidos a causa de su fe, sometidos a diversas torturas y, por fin, condenados a morir decapitados. La ejecución se llevó a cabo alrededor del año 212, probablemente durante el reinado de Caracalla.
Se dice que sus reliquias fueron descubiertas en el año 370, en Besançon, y se sepultaron en un lugar de honor por disposición del obispo Aniano. Los restos de los mártires eran objeto de gran veneración en los días de san Gregorio de Tours, quien afirma que su cuñado se alivió de una grave dolencia, por un favor de los santos. La hermana de san Gregorio había ido a orar a la tumba de los mártires y, al apoyarse en el sarcófago para ponerse de pie, terminadas sus plegarias, cogió distraídamente las hojas de un ramo que se encontraba ahí. Pensó que se trataba de un aviso providencial y, en cuanto llegó a casa, puso a hervir las hojas y dio a beber la infusión a su marido que, gracias a eso, recuperó la salud.
No debe confundirse a este san Ferreol con otro santo del mismo nombre, martirizado en Viena (18 de septiembre), y a quien menciona más de una vez el propio san Gregorio de Tours. Hay un importante testimonio sobre el culto que se rendía a los santos Ferreol y Ferrucio, en el «Missale Gothicum» (de hacia el 700) , donde aparece una misa propia en honor suyo. En vista de que esa misa se encuentra justamente antes de la que corresponde a san Juan Bautista, parece muy probable que desde aquella época se hubiese señalado el 16 de junio como el día de su fiesta.
Hay dos o tres breves textos de la pasión de estos santos (ver, por ejemplo, el Acta Sanctorum, junio, vol. IV) ; pero ninguno de los documentos tiene valor histórico. Ferreol y Ferrucio están citados en el Hieronymianum como mártires de Besançon, pero en la fecha del 5 de septiembre. Véase también a Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. I, pp. 48-62.
Nota de ETF: está clarioi que, excepto la antigüedad de su culto, el resto de datos es dudoso y, como dice el propio Butler, las pasiones de estos santos carecen de valor histórico; por eso no debe extrañar que el Martirologio Romano actual los coloca en el siglo IV, que es la fecha que tenemos cierta (ya que en 370 se encontraron sus reliquias), más que en el 212, que surge de su supuesta relación con san Ireneo de Lyon. De todos modos la mayoría de los martirologios en internet los coloca en el 212 como fecha tradicionalmente aceptada.