Isabel Qin o Tsinn era una mujer cristiana viuda y madre de cinco hijos que, tras la muerte de su marido, se había ido a vivir a la casa de sus padres. Su hijo Simón era un adolescente fuerte y bien parecido que tenía 14 años.
Cuando supo Isabel que los boxers iban por los pueblos matando a los cristianos, mandó a sus padres a otro pueblo y ella y sus hijos eligieron el que creyeron buen escondite, del que pasaron a otro y luego a otro. En este cambio de escondites una familia pagana ofreció a Simón la mano de una de sus hijas, pero el joven rehusó por no abandonar a su madre y por no meterse en una familia pagana en la que se ponía en peligro su fe. Por fin Isabel y sus hijos fueron descubiertos por los boxers que pasaron a masacrar a toda la familia. Primero fueron decapitados los hijos y la última la madre. Aunque todos murieron por ser cristianos, solamente Isabel y Simón fueron incluidos en la causa de beatificación y luego canonizados, con los demás mártires de China, el 1 de octubre de 2000 por Juan Pablo II.