Al Vencedor: sobre Seminit: Salmo de David. Salva, oh SEÑOR, porque se acabaron los misericordiosos; porque se han acabado los fieles de entre los hijos de los hombres.
2
Mentira habla cada uno con su prójimo con labios lisonjeros; con corazón doble hablan.
3
Tale el SEÑOR todos los labios lisonjeros; la lengua que habla grandezas,
4
que dijeron: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios están con nosotros, ¿quién nos es señor?
5
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice el SEÑOR: Yo pondré en salvo al que el impío enlaza.
6
Las palabras del SEÑOR son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, colada siete veces.
7
Tú, SEÑOR, los guardarás; guárdalos para siempre de esta generación.
8
Cercando andan los malos, entre tanto los más viles de los hijos de los hombres son exaltados.