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Beata Bronislava, eremita

Nacida hacia el 1200 en Kamien, en la Silesia, Bronislava -según una tradición tardía- pertenecía a la familia Odrowaz, y había sido, por tanto, pariente de san Jacinto. A los dieciseis años, siguiendo la voz de Dios y el recto consejo de san Jacinto, entró en el monasterio de las Norbertinas de Zwierzyniec, cerca de Cracovia, donde, en breve tiempo, llegó a ser un modelo de vida religiosa. Para poder meditar con mayor fruto los misterios de la Pasión de Jesús, Bronislava se retiraba a la colina de Sikornik, no lejos del monasterio, que ahora se llama Colina de Santa Bronislava, y donde en 1702 fue erigida una capillita en su honor.

En la biografía de san Jacinto, escrita en 1352 por el padre Stanislao, dominico de Cracovia, se narra que el día de la muerte del santo (15 de agosto de 1257) Bronislava tuvo una visión en la cual él se le aparecía conducido al cielo por la Madre de Dios y los ángeles. Después de haber vivido otros cuarenta años entre los trabajos monásticos y las prácticas religiosas, cumplidos con ardiente celo, Bronislava murió el 29 de agosto de 1259. Sus restos fueron colocados en la iglesia del monasterio, donde permanecieron olvidados por mucho tiempo; recién en 1612 fueron vueltos a hallar, y colocados en el altar de Santa Ana, llamado más tarde de San Jacinto.

Los milagros obrados y las gracias obtenidas desataron en los fieles una gran veneración por Branislava, cuyo culto comenzó a difundirse en el siglo XVII, y dura hasta hoy, especialmente en el territorio de Cracovia y en la Alta Silesia, donde su intercesión es invocada contra las epidemias. Por instancia de la Concregación de los Norbertinos, Gregorio XVI concedió, con decreto del 31 de agosto de 1839, que Bronislava fuese públicamente venerada en la diócesis de Cracovia. Pío IX, con decreto del 7 de diciembre de 1859. extendió la conseción a la diócesis de Wroclaw (Breslavia), y León XIII a toda la Orden de lso Norbertinos.

Traducido para ETF de un artículo de Pedro Naruszewicz en Enciclopedia dei santi, que recogemos de Santi e beati.