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Beata Dorotea de Montau, reclusa

El nombre de la beata se deriva de Marienburgo (Montau) en Prusia, donde nació en 1347. A los diecisiete años, contrajo matrimonio con un fabricante de espadas, de Danzig, llamado Alberto. Tuvieron nueve hijos, de los que sólo sobrevivió el último. Alberto era un hombre de temperamento violento, de suerte que su esposa sufrió mucho durante los veinticinco años de su matrimonio. Pero poco a poco, con su bondad y valor, Dorotea consiguió ablandar a su marido y, en 1384, le convenció de que hiciesen una peregrinación a Aquisgrán, A partir de entonces emprendieron otras a Einsiedeln, a Colonia y a otros santuarios. Precisamente proyectaban una peregrinación a Roma, cuando Alberto cayó enfermo. Así pues, Dorotea partió sola, y su esposo murió poco antes de su regreso. Tras de haber quedado viuda a los cuarenta y tres años, Dorotea se trasladó a Marienwerder y, en 1393, se recluyó en una celda de la iglesia de los Caballeros Teutónicos. Dios no le concedió ahí más que un año de vida, ya que murió el 25 de junio de 1394, pero ese breve período le bastó para alcanzar gran fama de santidad y prudencia extraordinaria, de suerte que numerosos peregrinos acudían a consultarle o a pedirle algún milagro.

El confesor de Dorotea escribió su biografía, en la que cuenta por menudo sus visiones y revelaciones. Según dicha biografía, la beata era muy devota del Santísimo Sacramento y en varias ocasiones Dios le concedió la gracia de poder verlo en la hostia para satisfacer su gran deseo. En la Edad Media, se atribuía gran importancia al hecho de ver la Sagrada Hostia, sobre todo durante la elevación, y el biógrafo de Dorotea refiere que en su época solía exponerse el Santísimo todo el día en las iglesias de Prusia y Pomerania. El pueblo profesaba gran veneración a Dorotea. Poco después de su muerte, se introdujo su causa de canonización, pero fue abandonada; sin embargo, el culto de la beata siguió propagándose, y actualmente se la considera como patrona de la región. El culto fue confirmado por SS Pablo VI en 1970.

Existen muchos datos sobre esta mística tan interesante. En Acta Sanctorum, oct., vol, XIII, se le consagran más de cien páginas in-folío. Además, en Analecta Bollandiana se publicó el Septililium, en el que el confesor de la beata consignó las visiones y dichos de su dirigida. (Cf. Analecta Bollandiana. vols. II, III y IV. 1883-18B5). Existen varias biografías, escritas poco después de la muerte de Dorotea con miras a la canonización. Véase F. Hipler, Johannes Marienwerder und die Klauserin Dorothea (1865), y el esbozo biográfico de H. Westphal, Dorothea von Montan (1949). El decreto de confirmación del culto, que puede leerse en AAS 68 (1976) pág. 519ss. tiene además un resumen de la Vita, en latín.