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Beato Manfredo Settala, presbítero y eremita

Pertenecía a la antigua familia milanesa de los Settala, y al fin del siglo XII era párroco de Cuasso, que en aquel momento comprendía las actuales parroquias de Cuasso al Piano, Cuasso al Monte, Brusimpiano, Porto Ceresio y Besano, en la diócesis de Milán, cerca de la región suroccidental del lago de Lugano. Llamado a la vida eremítica, dejó la vida parroquial y se retiró a las alturas del Monte San Jorge, la solitaria montaña ceñida entre los brazos meridionales del Ceresio, «ubi vitam aliquamdiu asperrimam ducens, totum se rerum Divinarum contemplationi addixit cuius sanctitatem Deus in morte testatam voluit» (llevando allí un tiempo áspera vida, se consagró por entero a la contemplación de las cosas divinas, y de cuya santidad quiso Dios dar testimonio en la muerte), como señala un martirologio.

Atraídos por la fama de su santidad, recurrían a él, implorando consejo e intercesión los pobladores de las regiones vecinas, comascos, verineses, milaneses, entre los cuales se destacaron en 1207 los habitantes de Olgiate Comasco, quienes, afligidos por una infección mortal y contagiosa, acudieron al beato en busca de refugio y consuelo. El santo eremita les exhortó a ir en peregrinación a la tumba de san Gerardo, que hacía poco había muerto en Monza (6 de junio de 1207). Cumplido devotamente el peregrinaje, la enfermedad desapareció súbitamente, y el pueblo de Olgiate, con decisión unánime, elevó una iglesia en honor de San Gerardo, que se volvió meta de peregrinación y devoción.

La historiografía manfrediana, basada en antiguas tradiciones y respetables documentos, es rica en prodigios atribuidos al santo eremita. Es cierto, por segurísimos testimonios, que el beato murió el 27 de enero de 1217, y un dístico de Nicolás Brauto recuerda el sonido milagroso de las campanas de los pueblos vecinos a la hora de su muerte, y puesto que varias iglesias se disputaban el honor de tenerlo sepultado, se dejó la elección al capricho de los bueyes que llevaban la carreta. Finalmente el cuerpo fue sepultado en Riva San Vitale, al pie del Monte San Jorge, que hoy pertenece a la Suiza italiana, en el límite con Italia.

Sintetizado y traducido para ETF de un artículo de Pietro Gini en Enciclopedia dei Santi. A pesar de que la fecha establecida fehacientemente en la actualidad parece ser 1217, en algunos santorales dependientes de Acta Sanctorum figura 1430. Ver AS. enero, pág 909.