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Beatos Pedro Cortasa Monclús y tres compañeros, religiosos mártires

Jaime nació el 15 de julio de 1883 en Millá, provincia y diócesis de Lleida, en el cristiano hogar de sus padres, Juan y Antonia. Recibió el bautismo el 5 de agosto en la iglesia parroquiaI de su pueblo. Allí mismo fue confirmado e hizo la primera comunión. Por los años en que nació Jaime, entrado ya el último cuarto del siglo XIX, el censo de Milla -perteneciente al municipio de Ager- podría contar con un par de docenas de habitantes, aunque en la actualidad es un lugar deshabitado.

Los propios padres de Jaime lo acompañaron el 27 de agosto de 1898 al noviciado marista de Vic (Barcelona). Allí vistió el hábito religioso el primero de enero de 1899 y recibió el nombre de H. Pedro. El 5 de agosto de 1900 emitió el voto de obediencia como se acostumbraba en aquellos tiempos. Se consagró de por vida al Señor, haciendo su profesión perpetua en el Instituto marista el 27 de agosto de 1905, en Manresa (Barcelona).

Antes de emitir el voto de obediencia, estuvo de empleado en San Andrés de Palomar (Barcelona) y de cocinero en Malgrat de Mar (Barcelona). En agosto de 1900, una vez emitido el voto de obediencia, fue profesor en los colegios maristas de Sabadell (Barcelona), San Andrés de Palomar, Torrelaguna (Madrid) -donde fue profesor desde 1905 hasta 1910 y director desde 1910 hasta 1916-, Cabezón de la Sal -colegio que dirigió des-de 1916 hasta 1922-, Arceniega (Alava) -cuya escuela dirigió desde 1922 hasta 1925- y Cabezón de la Sal -director desde 1925 hasta 1931, profesor desde 1931 hasta 1933, y de nuevo director desde 1933 hasta su muerte. Allí se encontraba cuando estalló la guerra civil.

Baldomero nació en Santibáñez de Esgueva, provincia y diócesis de Burgos, el 27 de febrero de 1877. Era el menor de los tres hijos del matrimonio formado por Martín y Maria. Al día siguiente de su nacimiento, fue bautizado en la iglesia parroquial de su pueblo. Fue confirmado e hizo primera comunión en la misma parroquia.

Baldomero y sus dos hermanos asistieron a la escuela del pueblo. Sus padres, profundamente religiosos, los educaron en la fe y en la práctica de las virtudes cristianas, lo que sin duda contribuyó a que se despertara la vocación religiosa en el benjamín de la familia, que respondió con generosidad a la llamada de Dios. Así, pues, Baldomero ingresó en el año 1890 en la casa marista de Canet de Mar (Barcelona).

El 22 de enero de 1892 pasó al noviciado en la misma casa y vistió el hábito religioso el 8 de diciembre de ese año, recibiendo el nombre de H. Narciso. El 7 de agosto de 1894, hizo el voto de obediencia. El 28 de agosto de 1898 emitió los votos perpetuos en San Andrés de Palomar (Barcelona), consagrando para siempre su vida a Dios en el Instituto marista.

En la escuela normal de Girona, obtuvo el H. Narciso el titulo de maestro elemental en junio de 1894 y el superior en septiembre de 1896. Empezó su largo apostolado entre los niños en agosto de 1894: ejerció la docencia en los colegios maristas de Canet de Mar, Girona -en el que fue profesor entre 1895 y 1901 y director entre 1901 y 1903-, Palafrugell (Girona), Tarazona (Zaragoza) -una escuela agrícola que dirigió en el curso 1904-05-, Cartagena, Murcia, Malgrat de Mar (Barcelona), Calatayud (Zaragoza), Cullera (Valencia), Girona otra vez, Igualada (Barcelona), Lleida, Toledo, Zaragoza, Calatayud de nuevo y Cabezón de la Sal, donde se hallaba al estallar la guerra civil.

Tesifonte nació en el municipio de Arlanzón, provincia y diócesis de Burgos, el 10 de abril de 1912, hijo de Bernardino y Valentina. Dos días después, fue bautizado en su villa natal, en la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. En ella hizo también la primera comunión y la confirmación.

Arlanzón -que recibe el nombre del río que baña sus tierras- es un pueblo agrícola, que cuenta en la actualidad con algo más de 400 habitantes. A principios del siglo XIX, todavía regían en él las costumbres de vida cristiana. En este ambiente, marcado por la fe, creció Tesifonte.

Cumplidos los doce años, sus padres lo acompañaron al seminario marista de Arceniega el 16 de septiembre de 1924. Pero no tuvo una vida fácil en él: su naturaleza enfermiza hizo que se resintiera su salud por las dificultades de los estudios y hubo de volver a su familia. Recuperada su salud, fue readmitido y el 14 de septiembre de 1929 pasó al noviciado de Las Avellanas (Lérida), donde vístió el hábito marista el 8 de septiembre del año siguiente, recibiendo el nombre de H. Néstor Eugenio. El 8 de septiembre de 1931, a pesar de que continuaba con una salud un tanto enfermiza, pudo coronar el año de noviciado con la profesión de los votos temporales. Tendría que haber hecho los votos perpetuos en agosto de 1936, pero no los hizo, a causa de las circunstancias políticas que se vivían en aquellos nefastos días.

Terminado el noviciado, se preparó para la docencia en Las Avellanas, donde realizó estudios de pedagogía y de otras materias y desempeñó trabajos manuales. En septiembre de 1933, fue destinado como cocinero y empleado al colegio marista de Haro (La Rioja); en enero de 1935, pasó al colegio de Zaragoza como profesor de enseñanza primaria; en septiembre del mismo año, llegó a la escuela de Carrejo como profesor.

Henri nació el 1 de agosto de 1877 en Lyon, en el hogar de Michel Oza y Marie-Louise Molinot. En la misma ciudad recibió el bautismo el 5 de agosto, en la iglesia parroquial de San José. A los pocos años del nacimiento de Henri, sus padres se trasladaron a Saint-Donat, una antigua población galorromana, situada en el departamento de Dróme, en la región de Ródano-Alpes.

Allí frecuentó la escuela marista, donde cultivó su vocación religiosa. El 3 de mayo de 1893 ingresó en el noviciado de Saint-PauI-Trois-Chateaux, en el que vistió el hábito marista el 24 de agosto del mismo año, cambiando su nombre de pila por el de H. Colombanus-PauI. Dos años después de terminar el noviciado, emitió el voto de obediencia el 10 de septiembre de 1896. El 19 de septiembre de 1901 se consagró de por vida a Dios con la profesión perpetua en el Instituto marista.

Terminado ya el noviciado, obtuvo en Avignon, en octubre de 1894, el «brevet obligatoire», titulo necesario para poder ejercer la enseñanza en Francia. Después, fue enviado de cocinero a Salon-de-Provence, en el departamento de Bocas del Ródano, volviendo a Saint-Paul como empleado en abril de 1895. Desde septiembre de 1895, fue profesor adjunto en diversas escuelas maristas de Francia.

En enero de 1904, ya se encontraba en el colegio marista de Pamplona, adonde llegó al ser expulsado de su país junto con los demas religiosos maristas. A partir de junio de 1904, pasó por bastantes colegios maristas de España, en los que actuó como profesor ayudante. Estaba bien dotado intelectualmente, dominaba el francés, el español y el inglés, poseía talento musical, y tenía un gran bagaje cultural, pero era una empresa ardua para él mantener la disciplina -incluso en las clases más elementales-, porque era tímido y bueno, lo que le hacía ser débil y permisivo. Ni siquiera los continuos cambios de escuela -tanto en Francia como en España-, consiguieron remediar este problema. Pero, en agosto de 1926, pareció encontrar la deseada quietud en la escuela marista de Carrejo (Cantabria), en la comunidad formada por tres hermanos. Él tenía 49 años y estaba cargado de experiencia y de vida; era el cocinero y el encargado de los párvulos, como cuando era un hermano inexperto, al principio de su vida marista. Desempeñó ambos empleos con gran espíritu de servicio, con amabilidad y con una perfecta docilidad a las directrices del superior. Al mismo tiempo, impartía lecciones particulares de francés y era el organista de la parroquia.

Cuando estalló el movimiento revolucionario, él podría haberse salvado inscribiéndose en el consulado francés y, haciendo valer su nacionalidad, volver a su patria. Pero el amor por sus hermanos españoles lo empujó a correr su misma suerte que ellos.

 

 

El 30 de septiembre de 1936 los siete hermanos de los colegios de Cabezón y de Carrejo, entre los que se contaban los cuatro que evocamos, fueron detenidos y conducidos a la cárcel de Santander. El primer día del año 1937 el H. Pedro fue «sacado» de ella junto a los HH. Narciso, Colombanus-Paul y Néstor Eugenio. Es probable que les quitaran la vida en dicha fecha, arrojándolos al mar desde el faro del cabo Mayor.

Sintetizado a partir de las noticias hagiográficas de Benigno Gil, en el web del Obispado de LLeida.