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Beatos Tomás Koteda Kiuni y sus diez compañeros, mártires

El 27 de noviembre de 1619 fueron decapitados en la Colina de los Mártires, de Nagasaki, once cristianos japoneses, de familias distinguidas, los más de ellos miembros de la familia real de Firando. Hacía varios años que habían sido arrestados como sospechosos de haber hospedado a los misioneros o por haberse encontrado misioneros en sus casas, y desde luego como cristianos y como personas que no habían denunciado la presencia de misioneros pese a conocerla, en contra de lo que mandaban las leyes. Además de perder la libertad se les confiscaron sus bienes y se les prometió la libertad, la vida y la prosperidad si apostataban del cristianismo. La detención de dos años no fue suficiente para conseguir la deseada apostasía. Y esto les llevó a la pena de muerte. Desde la cárcel escribieron al provincial de los jesuitas una bella carta en la que le aseguraban que serían fieles a Cristo hasta el final. Muchos de ellos pertenecían a la Cofradía del Rosario. Fueron beatificados por el papa Beato Pío IX el 7 de julio de 1867. Estos son sus datos:

-Tomás Koteda Kluni era natural de Firando y perteneciente a una familia noble y rica, que ya era de antiguo cristiana. Se educó con los jesuitas en la casa de formación que los religiosos abrieron para los jóvenes de la clase alta. Desde que empezó la persecución en 1614 se fue a vivir a Nagasaki y se entregó a la oración y la penitencia, pasando noches enteras delante del sagrario. Lamentó no ser atormentado como los otros mártires sino ser sólo condenado a la decapitación. Vistió sus mejores galas para ir al martirio. Era cofrade del Rosario.

-Bartolomé Seki había nacido en Usuki, del reino de Bungo, y se había trasladado a vivir a Nagasaki. Había dado hospedaje a los sacerdotes. Cristiano fervoroso y cofrade del Rosario, se vistió sus mejores ropas para ir al martirio.

-Antonio Kimura, pariente del Beato Leonardo Kimura, era de la familia real de Firando, y en su familia abundaban los cristianos. Tenía 23 años. Pariente del apóstata Feizó, su firmeza en sostener la religión hizo inevitable su condena a muerte. Al llegar al sitio del suplicio, preguntó al verdugo dónde había muerto su pariente Leonardo, y se dirigió allí, se arrodilló y lo besó devotamente. Hospedaba en su casa a los misioneros y era cofrade del Rosario.

-Juan Iwanaga era de Kinjiwa y tenía ya sesenta años. Cofrade del Rosario, había alojado misioneros, pero esto no se le pudo probar.

-Alejo Nakamura era del reino de Fingen y vecino de Nagasaki. Cofrade del Rosario y hospedador de misioneros, él fue quien escribió la carta citada de los mártires al provincial de los jesuítas. También se puso sus mejores vestidos para ir al martirio.

-León Nakanishi era originario de Amanguchi, pertenecía a la familia real de Firando y tenía 43 años. Se le acusó de no haber delatado la presencia de misioneros. Era cofrade del Rosario y había hospedado misioneros en su casa.

-Miguel Takeshita era natural de Nagasaki y tenía 25 años. Cristiano intachable y bondadoso, se le acusó de no haber delatado a los misioneros. Su cuerpo fue arrojado al mar y recuperado por los cristianos.

-Matías Kosaka era natural de Omura. Vistió él también sus mejores galas para el martirio.

-Román Matsuoka Mlota era natural de Omura. Cofrade del Rosario, se le achacó haber guardado silencio ante la presencia de misioneros en su vecindad, no habiéndosele podido probar que había hospedado a los sacerdotes. Su cuerpo también pudo ser recuperado.

-Matías Nakano era natural de Omura, fervoroso cristiano que, llegado el día del martirio, manifestó su alegría poniéndose su mejor traje.

-Juan Motoyama era del reino de Fingen. Era cofrade del Rosario y dio albergue en su casa a los misioneros. También su cuerpo, arrojado al mar, pudo ser recuperado por los cristianos.