SJ,PÍTYE

San Judoco, presbítero y eremita

El nombre de este santo conoce diferentes formas según regiones o países. Su nombre en latín es Iudocus; en Bretaña se llama Judoce, o Huec, o Judec, o Uzec. Su nombre francés tradicional es Josse; en Alemania y sus áreas de influencia las formas son Jobst, Jodok o Judok. Casi toda nuestra información acerca de este santo viene de una vida anónima compuesta en el siglo IX. En el siglo XI esta historia fue recogida y ampliada por Isembardo de Fleury y Florencio abad de Saint-Josse.

Nacido en la Bretaña -norte de Francia- a comienzos del siglo VII, Judoco fue el segundo hijo de Jutael, rey de Domnonea, que le dio buenos estudios con los monjes de Lan-Mae-lmon, cerca de Dinan. Ya adulto, luego de renunciar a la corona que le ofrecía su hermano mayor Judicael -que estaba en problemas con el rey Dagoberto I-, partió para Roma en el año 636 o 637, con un grupo de once peregrinos. Tan pronto como cruzaron el Cousnon, pequeño río que separa la Bretaña de Normandía, Judoco pidió a sus compañeros que lo tonsuraran para mostrar claramente su pertenencia definitiva a Dios, Peregrinaron por Avranches, y Chartres, y los doce peregrinos llegaron a París, donde pasaron varios días. Desde allí,en lugar de tomar directamente el camino a Italia, se dirigieron hacia el norte, se detuvieron en Amiens, en las orillas del Authie y llegaron finalmente a un lugar llamado Villa Sancti Petri, que sin duda se identifica con Dompierre-sur-Authie en Crécy (Somme). Fueron recibidos por Aimone, Duque de Ponthieu, que llegó a ser tan amigo de Judoco, que no quería dejarlo partir cuando los demás compañeron retomaron su camino, y pidió al obispo de Amiens que lo ordenara sacerdote, y así lo mantuvo junto a él como capellán.

Después de siete años Judoco suplicó a Aimone que lo dejara libre y le indicara un lugar tranquilo para realizar la vida eremítica que deseaba. El Duque lo condujo a las orillas del Authie, a un lugar llamado Brahic, nombre que parece conservado en los de dos pueblos, Raye y Labroye. Al igual que muchos ermitaños Judoco cambió varias veces su lugar de retiro: después de ocho años en Brahic se estableció en Runiac, a orillas del Canche, donde Aimone había levantado para él una capilla dedicada a San Martín. Trece años más tarde, tras haber sido mordido en el pie por una serpiente en la que creyó reconocer al diablo, dejó Runiac y se fue a vivir a una colina próxima al mar, donde un día se establecerá la abadía de Saint-Josse-sur-mer. Allí construyó dos pequeños oratorios de madera, uno en honor de san Pedro, y el otro de san Pablo. Por último, realizó el proyecto que le había hecho dejar su Bretaña: la peregrinación a Roma, de la que por desgracia no tenemos ninguna noticia segura. Murió unos años después de su regreso, un 13 de diciembre. El año de 669, a menudo referido como el de su muerte, no consta por ningún documento. Una de las leyendas afirma que su cuerpo no fue sepultado y que permaneció incorrupto; el cabello, la barba y las uñas del cadáver siguieron creciendo, de suerte que los ermitaños de los alrededores tenían que cortárselos de cuando en cuando.

Finalmente, sus reliquias fueron colocadas en la iglesia de su ermita y allí permanecieron hasta alrededor del 901 cuando, por miedo a los normandos, fueron transportadas a Inglaterra, a Hyde, cerca de Winchester. esta traslación se conmemoraba el 9 de enero. El nombre del santo aparece en calendarios ingleses, y en iglesias desde Inglaterra al Tirol. la popularidad del santo es enorme, así como también su iconografía.

La biografía anónima puede leerse en Mabillon, vol. II, pp. 542-547. Se hallará un sermón de Lupo de Ferrieres sobre san Iudocus en W. Levison, Festchrift Walter Goetz (1927). Véase también Duine, Memento, p. 49; y Van der Essen, Etude critique sur les saints mérovingiens, pp. 411-413. Acerca de san Iudocus en el arte, cf. Künstle, lkonographie, vol. u, pp. 330-331. Sobre los aspectos folklóricos véase BSchtold-Stáubli, Handwörterbuch des deutschen Aberglaubens, vol. IV, cc. 701-703. En cuanto al sitio en el que reposan las reliquias del santo, cf. P. Grosjean, en Analecta Bollandiana, vol. LXX (1952), p. 404. El presente articulo traduce en lo fundamental el de Philippe Rouillard que recogemos de Santi e Beati, pero la bibliografía y algunos detalles provienen del Butler-Guinea. Imagen: escultura contemporánea en bronce del santo, del artista plástico Hanspeter Widrig, 1998, en la ciudad de Ornbau junto al río Altmühl, en Alemania.