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San Lucio, eremita

Según la «Vita» legendaria, Lucio, en el siglo II, marchó de Inglaterra a la Recia, la provincia romana que comprendía el lago de Constanza, en la actuales Suiza, Alemania (Baviera) y Austria (Tirol), de la que fue apóstol y llegó a ser obispo, con sede en Chur (Coira, en Suiza); allí fue, hacia el año 200, martirizado. Se acepta desde tiempos antiguos que el santo murió un 3 de diciembre. Sobre su tumba surgió muy prontamente un monasterio, y la cripta conservó las reliquias desde época merovingia hasta nuestros días.

Sin embargo, el primer obispo de Chur que registra la historia fue en realidad Asimo, mencionado en el sínodo de Milán, hacia el 451, como diócesis sufragánea de la de Milán. El culto de san Lucio, en cambio, está verificado recién desde el siglo VIII, y se extendió por las diócesis de Coira (que comprendía el Tirol), Constanza y Sion, que lo veneraban como primer obispo de Chur. Estudios recientes demuestran que el santo vivió como eremita en Luziensteig (cantón de Grisones), pero no se sabe sobre él nada más. Las reliquias están repartidas en muchas iglesias y monasterios de la diócesis de Coira.

Hasta la última reforma del Martirologio Romano promulgado en el año 2000, en esta fecha se celebraba a san Lucio, pero se consideraba que había sido un rey inglés que pidió al papa san Eleuterio el envío de misioneros a Inglaterra en época tan temprana como el siglo II; pero, según parece, esa noticia, que la reproducía Beda el Venerable y por ello adquirió difusión y prestigio, se basaba en una incorrecta transcripción de nombres. Se mezclaba así, en la leyenda, la primera evangelización de Inglaterra con la fundación de la sede episcopal en Suiza, es decir, dos Lucios, de los cuales de uno solo podemos tener constancia de su existencia (el que ahora celebramos), y que no fue obispo, o no ha quedado registro de ello. En cuanto a la época en que vivió el santo, hay que decir que, si quitamos el material legendario, no hay cómo establecer un siglo concreto; habría que decir, simplemente, que es anterior al siglo IX, primer testimonio histórico. De todos modos, la mayoría de las hagiografías lo inscriben como de los siglos V o VI. La última edición del Martirologio Romano en español lo cambia de orden y lo coloca después de san Birino, lo que parece responder a esta idea de situarlo con límite en el siglo IX, pero como fecha pone el siglo IV, con lo que aporta más confusión que soluciones, máxime teniendo en cuenta la cantidad de errores que trae esa edición.

Basado en un artículo de Rudolf Henggeler en Enciclopedia dei Sant, pero ampliado con el artículo de san Lucio del Butler-Guinea, que ya es inutilizable en su conjunto, porque se refiere al problema de la ficticia evangelización de Inglaterra por obra del supuesto rey Lucio; sin embargo el artículo es muy instructivo para quien le interesen las cuestiones hagiográficas, y tiene allí mismo bibliografía El problema de la sustitución del nombre de Lucio lo he tratado en el artículo del papa san Eleuterio. La «Vita Lucii regis», de hacia el 800, puede encontrarse en Monumenta Germaniae Historica, scr. Merov. III, 2-7. Naturalmente, aunque ermitaño, en la iconografía san Lucio aparece representado como rey-obispo. Es muy amplio y pertinente, y de útil bibliografía, el artículo St. Luzius von Chur del Biographisch-Bibliographisches Kircherlexikon.