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San Nicecio de Besançon, obispo

Estudiando el catálogo episcopal de Besançon. L. Duchesne había propuesto considerar el nombre de Migetius como una simple corrupción de Nicetius. Por tanto, según el prestigioso investigador, Nicecio habría sido sucesor de san Donato, y habría ocupado la sede de Besançon a mediados del siglo VII. Pero estudios más recientes de B. de Vregille inducen a aceptar los datos proporcionados por el Catálogo Episcopal de Besançon, que indica a Nicecio como predecesor de san Protadio; habría sido entonces obispo de Besançon hacia fines del siglo VI e inicios del VII.

Se conocen poquitísimos datos sobre san Nicecio y su actividad episcopal en una ciudad y en una provincia que fatigosamente comenzaba a reconstruirse luego de la ocupación de las tribus alamanas. Los textos hablan de su talento oratorio y de su gran caridad. Según algunos historiadores, habría participado en el 602 en un concilio cuyas actas se han perdido. Uno de los catálogos episcopales lo indica como décimo sexto obispo de Besançon, y añade que fue contemporáneo y amigo del papa san Gregorio Magno. Sobre ese mismo catálogo una mano posterior agregó que construyó en la ciudad episcopal la iglesia de San Pedro.

Durante su episcopado, en el territorio de la diócesis san Columbano organizaba su monasterio de Luxeuil. B. de Vregille hace notar que, a pesar de lo que dijeran los biógrafos del siglo XI, nada impide creer que los obispos de Besançon, entre los cuales estuvo Nicecio, se hayan mostrado más que reticentes frente a las libertades que se tomaba san Columbano, en especial en el conflicto por la celebración de la Pascua. Los obispos de la región recelaban de las costumbres y ritos irlandeses que había traído san Columbano, y en el 602 lo llamaron a juicio, pero el santo no acudió, y se limitó a pedirles por carta que se ocuparan de problemas más importantes... El biógrafo de Columbano, Jonás de Bobbio, que voluntariamente pone de manifiesto los gestos de buena voluntad hacia el santo, no alude en absoluto a los obispos de Besançon, pero es posible que sea allí donde haya tenido los mayores problemas, puesto que allí residió durante veinte años.

Nicecio murió con toda probabilidad hacia el 610, y fue sepultado en la iglesia de San Pedro. Su nombre fue inscripto en el Martirologio de Besançon, y en las letanías de la diócesis. Su fiesta se comenzó celebrando el 8 de febrero en San Pedro, con misa solemne y procesión, pero enseguida fue transferida al 31 de enero. Hoy la diócesis de Besançon la festeja de nuevo el 8 de febrero, con oración propia. Le están dedicadas tres parroquias, respectivamente en la diócesis de Besançon, de St-Claude y de Angerans, donde en un tiempo fue especialmente festejado.

Basado, aunque con algunos cambios, en el artículo de Claude Boillon en Enciclopedia dei Santi.