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San Pammaquio, laico

Entre los títulos de distinción de Pammaquio se cuentan su santidad, ciudadanía romana, su ciencia y su amistad con san Jerónimo, de quien había sido compañero de estudios en la juventud y con quien mantuvo correspondencia epistolar toda su vida. Pammaquio, que pertenecía a la familia de los Furios, era senador. El año 385, contrajo matrimonio con Paulina, la segunda hija de santa Paula. Como se sabe, santa Paula era también muy amiga de san Jerónimo. Probablemente, Pammaquio fue uno de los cristianos que denunciaron ante el papa san Siricio a un cierto Joviniano, quien sostenía entre otros errores que todos los pecados son igualmente graves y merecen el mismo castigo. En todo caso, es absolutamente cierto que Pammaquio envió una copia de los escritos del hereje a san Jerónimo, quien los refutó en un largo tratado. San Pammaquio no se mostró del todo conforme con la respuesta de san Jerónimo, pues le parecía que el lenguaje de su amigo era demasiado fuerte (defecto al que san Jerónimo era muy inclinado), y que las alabanzas excesivas que prodigaba a la virginidad resultaban en detrimento del sacramento del matrimonio. San Pammaquio comunicó su opinión a san Jerónimo, quien le contestó en dos cartas en las que le agradecía su interés y justificaba sus propias opiniones. Joviniano fue condenado en Roma por un sínodo y en Milán por san Ambrosio y con ello cayó en la oscuridad. Algunos años más tarde, San Ambrosio escribió que había «más bien vomitado que exhalado el último suspiro entre los pollos y los puercos».

En 397 murió la esposa de san Pammaquio, Con ese motivo, san Paulino de Nola le escribió: «Vuestra esposa es ahora vuestro abogado ante Jesucristo y vuestra garantía de salvación. Ella os obtendrá tantas bendiciones del cielo cuantos tesoros le habéis ofrecido vos en la tierra, ya que no os contentáis con llorarla inútilmente, sino que la hacéis participar de vuestros actos de caridad. Con vuestras virtudes honráis a vuestra esposa y, cuando dais de comer a los pobres, le dais de comer a ella...» San Jerónimo le escribió también una carta por el estilo. Pammaquio consagró el resto de su vida al estudio y las obras de caridad. Junto con santa Fabiola, construyó en Porto un albergue para los peregrinos pobres y enfermos que se dirigían a Roma. Dicho albergue fue la primera institución de ese tipo en el occidente. El «Xenodochium» (pues tal era el nombre oficial de la institución) mereció las alabanzas de san Jerónimo. Pammaquio y Fabiola se encargaban con frecuencia de atender personalmente a sus huéspedes. Las excavaciones llevadas a cabo han puesto al descubierto los cimientos del xenodochium. Al consagrarse al socorro de los necesitados, san Pammaquio no hacía más que seguir las huellas de su esposa. San Jerónimo decía que los ciegos, los baldados y los indigentes eran los herederos de la mujer de san Pammaquio. Aunque éste no iba en busca de los miserables, ellos acudían espontáneamente, sabiendo que no les cerraría las puertas.

San Pammaquio sufrió mucho por la acritud de la controversia que san Jerónimo sostuvo con Rufino. Además de aconsejar a san Jerónimo que tradujese el "De principiis" de Orígenes, le ayudó mucho en sus escritos controversísticos, aunque no consiguió moderar la violencia de lenguaje de la mayoría de ellos. El santo escribió también a las personas que vivían en sus posesiones de Numidia, exhortándolas a renunciar al cisma donatista y a volver al seno de la Iglesia. San Agustín de Hipona le dio por ello las gracias en una carta, el año 401. Pammaquio tenía una iglesia en su casa de la colina Coeli, llamada «titulus Pammachii», en el sitio que ocupa actualmente la iglesia de San Juan y San Pablo de los pasionistas. Las excavaciones han puesto al descubierto los restos de la casa original. San Pammaquio murió el año 410, cuando Alarico y los godos se apoderaron de Roma. Con frecuencia se dice que san Pammaquio era sacerdote, pero no parece que lo haya sido.

En Acta Sanctorum, agosto, vol. VI, hay una biografía bastante completa, escrita por el P. Juan Pien.